Omán estuvo cerrado al mundo moderno hasta la llegada al trono del Sultan Qaboos en 1970 y actualmente es un país muy paciafico que se esta desarrollando poco a poco.
El 17 de febrero del 2012, iniciamos en Madrid nuestro viaje hacía Omán, un pais situado en Oriente Medio a orillas del Mar Arábigo y que tiene a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y el Yemen como países vecinos. Forma parte junto con Irán (35 Km separan a los dos países) del Estrecho de Ormuz, gracias a un pequeño enclave montañoso e inhóspito, separado del reto del país, situado al Norte de los Emiratos Árabes Unidos y que se llama península de Musandam.
El Sultanato de Omán posee una superficie de 212.457 km2, donde viven unos 2,8 millones de personas, de los cuales 800.000 son inmigrantes mayoritariamente originarios de la India, Pakistán, Bangladesh, Marruecos, Jordania y Filipinas.
El clima de Omán es cálido y árido; entre mayo y agosto, a pesar de la elevada humedad que provoca el monzón a lo largo de la costa, es uno de los países más calurosos, con temperaturas que oscilan entre los 40 y 54 °C. Entre septiembre y abril, la temperatura promedio es de 23° C durante el día y 17° C en la noche.
El Khanjar y los vestidos omanís
Para los varones la vestimenta nacional consiste en una larga túnica sin cuello hasta las rodillas y con largas mangas llamada dishdasha. Normalmente el color es blanco, aunque en ocasiones se utilizan otros colores como el marrón, el violeta y el negro. Aparte de la túnica los hombres utilizan otros accesorios como el muzzar (un tipo de turbante), el assa (un bastón utilizado principalmente para ocasiones formales) y el khanjar, una daga curva ceremonial que a menudo se considera un símbolo importante de elegancia masculina.
La vestimenta de las mujeres omaníes consiste en un vestido largo que se lleva sobre unos pantalones (sirwal) y un pañuelo para la cabeza (lihaf). Normalmente las telas utilizadas son muy coloridas. Tradicionalmente las mujeres utilizaban unos zapatos de plataforma de madera, pero actualmente la mayoría prefieren llevar sandalias. El diseño del vestido varía en función de las regiones, así como el color y los materiales. La vestimenta femenina se complementa con joyas, cosméticos y ornamentos artesanales.
El Dhow
Al ser una nación marinera, un importante símbolo cultural de Omán es el dhow, una embarcación a vela caracterizada por su velamen triangular y bajo calado, siendo lo más común que cuenten con un sólo mástil, aunque pueden llevar dos o tres.
El aspecto más revolucionario del dhow en la historia naval fue su velamen triangular, el cual le permitía navegar sin remos independientemente de la dirección del viento, a diferencia de las embarcaciones con otro tipo de velamen existentes hasta entonces, que precisaban contar con viento en popa para prescindir de los remeros.
Estos barcos de vela han sido utilizados durante siglos en la Península arábiga, la India y África Oriental como buques de carga, siendo ésta de tipos muy variados, desde grano y pescado hasta esclavos y minerales. De hecho los primeros registros sobre el uso del dhow omaní se remontan al siglo VIII, llegando hasta China. Actualmente el dhow se sigue utilizando para el comercio, la pesca y el turismo, y son embarcaciones habituales en la costa de Omán. Los principales puertos del país son Sohar, Sur, Salalah y Muscat, con grandes flotas. El puerto de Sur mantiene la industria astillera de dhows más importante del país.
Los Aflaj El Falaj o los Aflaj, es un ancestral sistema de riego que usa la gravedad como principio básico del transporte del agua, que es canalizada desde fuentes subterráneas o manantiales para la agricultura y los usos domésticos, muchas veces a lo largo de varios kilómetros. La efectiva y justa gestión del agua en aldeas y villas está todavía orientada por la dependencia mutua, valores comunales y observaciones astronómicas. Numerosas torres de vigilancia fueron construidas para observar y defender los sistemas de regadío y conducción del agua.
Un Falaj se compone de una fuente de agua, conocida como Fuente Madre (mother well), un canal de transporte subterráneo o exterior, una apertura a la superficie conocida como Sharia, un sistema de distribución del agua y un sistema de administración financiera que permite el reparto justo del agua.
GEOGRAFÍA DE OMÁN
Omán (عمان) es un país que presenta paisajes muy diferentes y con muchos contrastes, su orografía se puede dividir en cuatro tipos de ecosistemas.
En primer lugar el litoral marítimo, formado por unos 1600 Km de costa repartida entre zonas abruptas y escarpadas y playas de arena.
Luego la llanura semidesértica que oscila entre los 50 y 100 Km que separa la costa del montañoso interior y donde están las principales poblaciones.
El tercer paisaje de Omán es la montaña, formado por la cordillera Al Hajar (En árabe Al Hajar significa piedra), que comienza en el norte, en la península de Musandam, en el Estrecho de Ormuz y desde allí, sigue hacía el sureste, casi en paralelo con la línea costera. La sección Oeste y más central de la cordillera Al Hajar, es hogar de comunidades prósperas y pueblos olvidados, su paisaje está conformado por profundas gargantas, áridas montañas, impresionantes cuevas, escarpados acantilados y espectaculares wadis (pequeños valles encañonados por la acción de los ríos). Aquí está la montaña más alta del país y del este de Arabia, el Jebel Shams (Montaña del Sol, en árabe Jebel significa montaña y Shams, sol) de 2980 m y el Jebel Akhdar (Montaña verde). El Valle de Samail, desde Nizwa a Muscat, fragmenta y separa la cordillera Al Hajar, en dos partes, la oeste con las altas montañas y la este, de menor altura y que además de montañas, mesetas y cuevas, tiene las particularidad de que los pequeños ríos (wadis) que bajan de la montaña en forma de torrentes son encauzados por antiguos conductos (falaj) que en su desembocadura forman maravillosos oasis de montaña en el interior de la árida llanura costera, donde se desarrollan los escasos cultivos del país.
El desierto es el cuarto elemento distintivo del paisaje de Omán, se extiende desde el centro hasta la región más al sur en el Dhofar, donde se encuentra la ciudad de Salalah, muy próxima al Yemen. El Rub al-Jali, conocido en inglés como Empty Quarter, una de las regiones más inhóspitas del planeta y las arenas de Wahibab, son zonas desérticas en el más estricto sentido de la palabra. Hacia la costa sur, existe una gradación ascendente de humedad, creando unas condiciones menos duras para la vida, transformándose el desierto en semidesierto.
Omán cuenta con importantes recursos naturales, destacando el petróleo (unos 800.000 barriles diarios, ocupa la posición 26a como productor del mundo de petróleo) y el gas natural, como principales productos que exporta, además de cobre, asbesto, mármol, piedra caliza, cromo y yeso. Hasta 1972, carecía prácticamente de industrias y sus escasos 500.000 habitantes vivían del cultivo de dátiles, algodón, caña de azúcar y hortalizas, de la artesanía, especialmente alfombras, hierro forjado, plata y cuero, también la pesca y el nomadismo con ganado de ovejas, camellos y cabras eran medios de vida de sus habitantes. Se extrae petróleo desde 1962 y a partir de 1980, este transformó el destino de Omán.
Omán tiene como su personaje más conocido al legendario navegante y aventurero de las mil y una noches, Simbad el Marino, que viajó a bordo de un dhow (embarcación típica de Arabia) desde el puerto omaní de Sohar hasta Cantón, pasando por Ceilán y la actual Indonesia.
Para nosotros Omán y los seis países que conforman el Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (Bahréin, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar) son bastante poco conocidos. Por eso antes de iniciar nuestra crónica del viaje sería interesante conocer un poco la Historia de Omán.
Día 18 febrero 2012 Tras levantarnos del Hotel de Muscat, nos reunimos con nuestros compañeros de viaje, somos nueve viajeros, 4 de Valladolid, Roberto, Chiqui, Luis y Jesús, dos de Burgos, Marcial y su hijo Pepe y tres catalanes, Juan Antonio, Jaume i Jordi de Territori 4x4.
Un autobús nos enseña la ciudad, pero el guía no hace un gran esfuerzo para que conozcamos mucho de Muscat, capital de Omán. Por esto me permito a continuación relatar lo más interesante de esta pequeña ciudad costera.
Muscat, es una de las ciudades más antiguas en el Medio Oriente. En ella viven unas 800.000 personas y tiene más la atmósfera de un pueblo que de una ciudad, aunque también cuenta con edificios modernos, aunque su atractivo principal es su ambiente exótico. El frente marítimo o La Corniche, es espectacular con su arena roja, edificios pintorescos y los antiguos callejones del Mutrah Souk (Zoco Mutrah).
Ptolomeo citó a Muscat en un mapa de Arabia como Moscha Portus, cuyo origen parece derivar de Maas-gat que en persa antiguo significa "lugar de pesca".
El Palacio de Al Alam, que visitamos, es el Palacio real del sultán Qaboos. Fue construido al lado de un puerto natural en la década de 1970 y domina el puerto de Muscat. Al Alam está flanqueado por las defensas más históricas de los fuertes Al Mirani y Jalali, ambos construidos en el siglo XVI por los portugueses. 
Otro edificio es el que alberga el Museo Nacional de Omán. Fundado en 1978, el museo contiene ornamentos de plata, artesanía de cobre y muestra de buques omaníes. Tiene una sección dedicada a las pertenencias de la dinastía Al Busaidi y los gobernantes de Zanzíbar. El Museo también tiene una carta muy importante del siglo VIII escrita por el profeta Mahoma a los gobernantes de Omán propagando la fe islámica en el país.
Justo en el Paseo Marítimo que aquí le llaman “La Corniche”, visitamos el Souq Mutrah, el Zoco cubierto más importante de la ciudad, donde se venden especias locales, incienso, objetos de oro y plata.
Dominando el Zoco de Mutrah, en una empinada colina se encuentra el Fuerte de Mutrah, construido por los portugueses en el siglo XVI y uno de los símbolos de la ciudad. Anteriormente fue una cárcel, de muy difícil acceso, ahora está siendo renovado como una atracción turística.
Muy cerca del hotel donde nos alojamos estaba uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad es la Gran Mezquita de Omán, que inició su construcción en 1995 por deseo expreso del sultán Qaboos. Fue inaugurada el 5 de mayo del 2001. Sus elementos más distintivos son, una cúpula central que se eleva a 50 metros del suelo, cinco minaretes, cuatro de acompañamiento de 45 m de altura y uno principal de 90 m de altura. En su interior pueden caber 6.500 fieles, siendo 20.000 la capacidad total cuando se incluye el patio interior y los pasillos. La alfombra tejida a mano y fabricada en Irán, cubre el interior de la mezquita es la segunda más grande del mundo, tardó cuatro años en hacerse, cuenta con 1.700.000 nudos y pesa 21 toneladas. La Gran Mezquita del Sultán Qaboos es la cuarta más grande del mundo, sólo precedida por las de La Meca, Medina y la Gran Mezquita del Shaikh Zayed en Abu Dhabi, que cuenta con la alfombra más grande del mundo.
Día 19 febrero 2012
Tras unas horas de confusión con los 4x4, iniciamos la marcha con los vehículos que acabamos de recoger en diferentes puntos y que nos acompañaran durante el resto de nuestro viaje por Omán, también conocemos al guía local, Abdalá.
El retraso en la entrega de los coches nos obliga a ganar tiempo viajando por carretera, el trayecto que une la zona litoral donde estábamos con las Montañas Al Hajar es muy bonito y fértil, las poblaciones se levantan al lado de los lechos de ríos que llevan muy poco agua, pero que se encuentran ricamente poblados por palmerales, como el bonito Wadi Fanja que vemos en la fotografía.
A medida que vamos avanzando el paisaje modifica su expresión transformándose en más montañoso y árido, la vegetación casi desaparece y la cordillera del Al Hajar se alza con formas que nos descubren lo atormentado de su pasado, cuando en las lejanas eras del Paleozoico y Mesozoico (Entre 260 y 150 millones de años),.fruto de un continuado choque de placas continentales las entrañas de la tierra se levantaron del mar y crearon esta cordillera, que la naturaleza quiso marcar de forma dramática con profundos cañones, torrenteras, planicies y actualmente una extremada aridez, donde sólo los pocos beduinos que aún existen son capaces de sobrevivir. La procedencia marina de estas montañas se descubre por la gran cantidad de fósiles marinos que aquí existen.
La terrible experiencia geológica que vivió aquí la superficie terrestre, parece que marcó el espíritu de su habitantes que durante siglos han mantenido una actitud bélica con sus vecinos, fruto de esta y durante nuestro recorrido pudimos ver muchas torres de vigilancia, algunas muy próximas entre sí, así como numerosos fuertes que han sido recientemente reconstruidos.
Tras varias horas de conducción por paisajes rodeados por las montañas de Al Hajar, vemos el color rojo de las dunas de Wahibah, en un pequeño pueblo nos detenemos para deshinchar los neumáticos y poder hacer sin dificultades los últimos 40 kilómetros que nos separan de nuestro destino de hoy, el Campamento de las 1000 Noches.
El sol se pone justo cuando estamos iniciando los primeros metros en la pista de arena, en medio de dos grandes cordones de altas dunas que de forma paralela nos irán acompañando durante todo el recorrido. La pista muy bien conservada no presenta ningún problema y tras menos de una hora, entrada la noche llegamos a nuestro refugio en el desierto, un lugar acogedor donde unas amplias y muy bien arregladas jaimas nos servirán para pasar las próximas dos noches.
Cenamos en el restaurante del sitio, un buffet muy completo y con una buena barbacoa de carne a la brasa.
Con la satisfacción de haber alcanzado el objetivo previsto, nos acostamos pensando en los dos próximos días, donde el mar de dunas y arena que habíamos atisbado a la entrada del desierto debía ser cruzado con nuestros recién alquilados 4x4.
Día 20 febrero 2012
El paisaje que podemos disfrutar antes de desayunar es sencillamente maravilloso, dos grandes cordones de dunas nos rodean y nosotros en el campamento y con las ruedas desinfladas, el impaciente deseo de iniciar nuestra singladura en la arenas de Wahibah no nos impide disfrutar de un buen desayuno, que una vez acabado nos dispone para ponernos en marcha con el objetivo de cruzar los cordones de dunas que se levantan frente a nosotros.
Este desierto de Omán tiene 180 Km de norte a sur y 80 de este a oeste, lo que supone una superficie de 12.500 km2, es un verdadero desierto y con gran interés científico desde que, en 1986, una expedición de la Royal Geographic Society lo documentara y estudiara, ya que encontraron más de 16.000 invertebrados y 150 especies de flora nativa.
Las dunas que íbamos a cruzar ese día, se formaron en algún momento después de la última glaciación regional, con alturas muy elevadas de hasta
100 metros, que a medida que íbamos avanzando nos aseguraban más diversión, emoción y paisaje más espectacular.
Tras varios intentos fallidos, encontramos un paso que nos permite acceder a lo más alto de la gran duna, el espectáculo paisajístico que nos brindaba valía la pena el tiempo que nos había robado ascenderla. Tras el ascenso el grupo muy satisfecho, posó para la posteridad. Delante podemos ver el mar de dunas que nos esperaba, pero de momento no pensábamos en esto y la satisfacción que teníamos era absoluta.
Este impresionante desierto se formó durante el período cuaternario como resultado de los vientos monzónicos que soplan del sudoeste y el viento noroeste conocido en la región como shamal, este viento es el causante de numerosas tormentas de arena y polvo que impiden en bastantes ocasiones el tráfico aéreo, terrestre e incluso marítimo, tal y como nosotros pudimos observar diferentes días de nuestro viaje.
Por fin y tras casi cinco horas inolvidables por las dunas del ”Wahibah Sands” y con varios de sus cordones atravesados, divisamos el fin de la arena y un oasis que señalaba que habíamos logrado el reto de cruzar sin ninguna información ni ayuda adicional, este bonito y difícil mar de dunas. Comimos en un restaurante local y nos dirigimos por la tarde a uno de los valles con más vida botánica de la región de Sharqiyah. Recorrimos unos 40 Km por asfalto rodeado de bonitos paisajes de montaña, que nos condujo al final de la zigzageante carretera obstruida por un cauce de agua canalizada tipo falaj, que se conoce como Wadi Bani Khaled o Valle del hijo de Kaled, un pequeño río profundamente enterrado en las montañas y que las rocas encauzan en un bucólico paisaje que invita a bañarse tal como Jesús y Jaume hicieron.
Es un lugar paradisíaco, más aún si lo ubicas en medio del desértico Omán y un bonito colofón a un completo día por grandes dunas y arena.
Eran las 4 de la tarde y si todo iba bien, como así fue, podríamos ver la puesta de sol desde el Campamento. Cenamos muy bien, con agradable charla y fuimos desfilando hacía nuestras jaimas en función del sueño y las ganas de disfrutar de buena compañía.
Día 21 febrero 2012
Hoy vamos hacer la etapa reina del viaje, 130 Km de arena y dunas desde el Campamento hasta la costa.
Lo primero que hacemos es subir a la duna más alta que está a la izquierda del campamento, el objetivo es simplemente bajarla, desde arriba la adrenalina y la emoción es muy superior de lo que se siente una vez la has bajado, una divertida experiencia antes de empezar el día.
Seguimos una pista sobre la arena que nos permite ir a una buena marcha, los cordones de dunas a derecha e izquierda mantienen su estrecha vigilancia impidiendo que abandonemos ese camino. Tras unas decenas de kilómetros decidimos dejar la pista principal e iniciar una travesía de puro “off road” rumbo SE, directamente hacía la línea costera, durante nuestra ruta vamos superando todos los obstáculos que encontramos a nuestro paso en forma de dunas o vegetación surgida por el efecto de las recientes lluvias que aquí han caído.
Por fin y tras unas seis horas de entretenida conducción alcanzamos la carretera de la costa, con hambre y muy satisfechos por haber realizado con éxito la inédita travesía, las Wahibah Sands, quedaban atrás y ahora el asfalto y la playa serían nuestros próximos objetivos, aunque la prioridad era encontrar un restaurante donde poder comer algo.
Llegamos Ashkharah (Nombre de una planta venenosa del desierto) una pequeña población de la región costera. Su principal actividad económica es la pesca, de la que pudimos apreciar como sus barcas llegaban a la playa con los motores encendidos y era la misma arena quien las frenaba. El olor de agua salada, las gaviotas, las barcas de pesca, la playa nos volvían a incitar a la aventura, una dura arena con una luz solar magnífica, nos estaban llamando para recorrer con nuestros 4x4, la orilla del mar durante los próximos kilómetros.
Una inoportuna enganchada a última hora, impidió a la mayor parte del grupo cruzar una entrada de agua de mar a causa de la creciente subida de la marea, nos obligó a retroceder tocando las ruedas las olas que bañaban con mayor proximidad la cada vez más escasa playa. Al final con la ayuda de un amable pescador local, salimos del atasco y nos reencontramos con Marcial y Jaume que habían podido cruzar la lengua de mar con la marea baja, juntos y por carretera, con la oscuridad de la recién entrada noche nos dirigimos a Ras el Jinz, un pequeño pueblo de pescadores donde se encontraba nuestro Resort para pasar la noche.
El lugar donde nos alojamos se encuentra en el lado oriental de la montaña de Safran, frente al Océano Índico. En el pasado fue testigo de los contactos comerciales entre Omán y la antigua India, un gran número de cementerios, restos de cerámica del valle del Indo, trozos de la piedra de jabón indican la existencia de asentamientos desde el comienzo del segundo milenio a.C. y su vinculación con ese continente.
Tras la cena, el cansancio entre los participantes hace efecto y nadie va a ver las tortugas, especialmente porque es temporada baja y nos indican que puede que en toda la noche sólo una o ninguna tortuga acceda a desovar.
Gracias a la soledad de la mayor parte del litoral del Sultanato de Omán, la biodiversidad en la vida marina, gracias al clima y una excelente localización geográfica, cerca de aquí está la reserva de tortugas de Ras al-Hadd, muy conocida por la desove y posterior nacimiento de la tortuga verde (Chelonia mydas). Este centro de protección se creó en 1996 y en 2008 se estableció como centro de ecoturismo para ayudar a conservar los fascinantes procesos anidamiento de esta especie de tortugas marinas que en su forma adulta adquiere un gran tamaño. Se calcula que cada año 10.000 tortugas verdes llegan a las playas de Ras al-Hadd para depositar sus huevos (unos 110 huevos por puesta), en las mismas arenas donde nacieron. 55 días después las diminutas tortugas saldrán de la arena y se dirigirán rápidamente hacia el mar, donde vivirán los próximos años hasta hacerse adultas, cuando alcanzan un peso promedio de más de 200 kg, y recorrerán distancias que superan los 3.000 kilómetros desde su lugar de nacimiento, para volver a Ras al-Hadd a desovar y continuar este fiel ciclo de vida.
Día 22 febrero 2012
El día se levanta ventoso, tras desayunar en el Resort del lado de la playa donde nos hemos alojado, empezamos una nueva etapa con destino hacía la capital Muscat.
Tras una hora escasa por carretera llegamos a Sur, una importante ciudad de pescadores en la costa de Omán.
Antiguamente era muy conocida por sus astilleros donde se fabricaban los dhows, embarcaciones típicas de la región, donde tuvimos la oportunidad de visitar uno de los pocos que quedan en activo.
Pero tras la interesante visita y llenar los tanques de nuestros 4x4 con la barata gasolina que se vende en Omán, el Hummer se murió, la electrónica que todo lo puede, nos jugó una mala pasada y tuvimos que abandonar el coche en un taller de esta marca, que afortunadamente se encontraba a pocos kilómetros de donde estábamos. Nos reubicamos en los otros vehículos y retomamos la marcha siguiendo la línea de la costa, dirección a la capital.
Hicimos varias paradas antes de llegar a Muscat, entre las que destaco un cementerio muy antiguo y el final de unos preciosos wadis que la moderna autopista recién construida desmerecía por completo, realmente el hormigón y la naturaleza son difíciles de compaginar.
Por la tarde llegamos a nuestro Hotel en Muscat, donde bebimos unas birrillas acompañadas por muchas palomitas de maíz, en un bar donde habían unas aburridas bailarinas que transmitían a los asistentes de todo menos ritmo y marcha, un señor del país le dio un papel al cantante y a los pocos minutos una chica con características más autóctonas, empezó a bailar y contorsionarse bajo la música árabe, realmente su actuación superó en mucho la de las anteriores chicas, pasamos un rato entretenidos, hasta que acabamos las bebidas y nos fuimos a dormir.
Día 23 febrero 2012
Con el Hummer substituido por un Nissan recién estrenado y que aún no está en España, nos dispusimos a seguir con nuestro periplo por Omán, esta vez rumbo a las montañas más altas y los wadis más profundos del país.
Durante el trayecto inicial por carretera, pudimos ver algunos fuertes, reconstruidos y en muy buen estado. Estos edificios de un tamaño inferior a los castillos europeos, han sido junto con las numerosas torres de vigía y las murallas de muchas de las poblaciones de Omán, unos excelentes bastiones defensivos, utilizados tanto para proteger el litoral como las poblaciones interiores. Se calcula que en Omán hay más de 500 fortalezas, castillos y torres.
Los edificios de la zona que visitamos superan los 350 años de antigüedad. Tuvimos la oportunidad de entrar en uno de ellos, el Fort Awabi, una construcción de dos pisos hecha en adobe, rectangular, con dos torres circulares en las esquinas este y oeste. Que protegía la entrada del Wadi Bani Kharous, con más de 600 millones de años sobre sus piedras.
A los pocos Kilómetros abandonamos el asfalto para adentrarnos en uno de los cañones más hermosos de Omán, aunque pronto la civilización en forma de asfalto y carretera que están construyendo, diluirá su esplendor.
Durante bastantes minutos seguimos el lecho seco del río hasta que dejamos los 4x4 en un lugar protegido por grandes árboles y realizamos un refrescante paseo, entre las altísimas paredes que protegían la escasa agua que fluía por debajo de nuestros pies, fue una experiencia muy bonita que duró una hora escasa pero que valió la pena hacer.
Tras la caminata, retomamos la ruta que cada vez se hacía más y más espectacular, con unos paisajes soberbios sobre una zigzageante pista al lado de enormes precipicios nos iba desgranando metro a metro. Sin duda fue una de las experiencias más preciosas del viaje.
Superamos los 2000 metros de altitud, y el sublime espectáculo de 4x4 y belleza natural que acabamos de ver nos había dado algo de hambre, cerca de la cumbre había un restaurante, donde comimos excelentemente
bien por menos de 8 euros por persona. Bajamos una carretera bastante nueva hasta alcanzar el valle, luego otra vez hacía arriba para alcanzar la cima del Jabel Akhdhar, la montaña verde donde nos alojamos en un lujoso y moderno hotel, con piscinas de agua caliente al pie de los acantilados de la montaña. La cena fue espléndida, aunque sin poder beber alcohol, ya que el sitio era tan reciente que no habían podido sacar la licencia para poder venderlo.
Día 24 febrero 2012
Desayunamos el excelente buffet del hotel, damos un paseo por el precioso y bien ubicado recinto, donde podemos ver un grandioso espectáculo de montañas, pequeños pueblecitos colgados de fértiles terrazas entre profundos cañones. Salimos del hotel y descubrimos con asombro que la zona estaba llena de fósiles conchas y moluscos de todas las formas y tamaños, recogimos unos ejemplares como recuerdo y nos dispusimos a iniciar otro día que prometía ser tan interesante como el anterior.
Por carretera llegamos a uno de los lugares con más renombre turístico de Omán, la cueva de Al Hoota,
otro producto de la gigantesca transformación geológica que tuvo esta zona del planeta hace millones de años. Se accede al interior de la cueva con un moderno tren que cubre unos 700 metros de distancia. La cueva está situada a los pies del Jabel Akhdhar, la montaña más alta de Omán, en las cercanías del Valle de Tanuf y la población de Al Hamra. Un largo río subterráneo de más de cinco kilómetros la atraviesa. Es uno de los sistemas subterráneos más grandes del mundo y se abrió al público en el año 2006 y en octubre del 2007 se inauguró la exposición y el centro de visitantes.
El sistema de cuevas de Al Hoota como muchas otras cuevas en Omán se formó por en el Cretácico por la disolución de piedra caliza en agua ácida.
La cueva es uno de los lugares creados por la naturaleza con más atractivo turístico de Omán. A través de un recorrido de unos 45 minutos por un camino que tiene unos 800 metros, bien señalado e iluminado, se pueden contemplar estalactitas, estalagmitas y columnas, con formas sugerentes y enigmáticas, por las grandes dimensiones de la bóveda principal discurre un río subterráneo que da de beber a varios especies de invertebrados, peces ciegos y murciélagos que allí viven en un frágil y hostil ecosistema.
Acabamos la interesante visita y tomamos nuestros 4x4 para subir a un lugar llamado “The view” (La vista), donde se puede ver en todo su esplendor el valle de Nizwa y el Cañón de Al Hamra. A los pocos kilómetros nos dispusimos a realizar otro espectacular paseo por uno de los wadis más profundos de Omán, el Wadi de la serpiente, justo al pie del Jebel Shams, el recorrido era majestuoso, impresionante, paisajes que mostraban un atroz y dramático pasado pero que eran de una belleza sublime, nuestros compañeros de Valladolid, Jesús, Roberto, Luis y Chiqui estaban a punto de separarse por unas horas del grupo y la despedida no pudo ser más inolvidable. La despedida la hicimos en un pequeño y sencillo restaurante, lavado de coches que en Omán es obligatorio, llenado de combustible y quedamos citados en Dubai, donde nos reencontraremos en un par de días.
Para el resto del grupo el día aún no había acabado, aún debíamos ascender a casi 3000 metros de altitud para pasar la noche al lado de la montaña más alta de Omán, el Jabel Shams, la montaña del Sol. Por pistas de montaña con unas vistas tan espectaculares como las de días anteriores recorrimos más de 50 Km. hasta alcanzar nuestro refugio en forma de pequeños chalets donde pasaríamos la noche.
Día 25 febrero 2012
Por la mañana y tras el sencillo desayuno, comparado con el resto de días, descendemos de la montaña más alta de Omán, hacía la importante e histórica ciudad de Nizwa, ya que fue la capital de Omán durante los siglos VI y VII, posee varias mezquitas algunas de notable antigüedad como la de So'al construida en el siglo IX o la de Shuraij cuya construcción data del 377 AH (alrededor del año 1.000 d.C.).
Otro edificio singular de Nizwa es su Fuerte, construido en el 1668 por el Imán Sultán Bin Saif Al Ya'rubi. Fue sede administrativa para los Imanes y Walis de la ciudad. Tardó 12 años en construirse y una bomba lanzada por los británicos lo destruyó parcialmente en 1950. Hoy en día está perfectamente restaurado y es el monumento más visitado de Omán.
Al lado del fuerte está el Zoco o Souq de Nizwa, famoso por sus artesanías y productos agrícolas. Nizwa es muy conocido por su joyería de plata, considerada como el mejor del país. Aquí se fabrican los más bellos khanjar (puñal curvo) del país. Así como productos de cerámica cobre, espadas y cuero.
Otro lugar de interés es el Falaj DarisFalaj Daris declarado por la UNESCO Patrimonio de la humanidad, es el mayor falaj en Omán y es el encargado de proporcionar agua a las plantaciones de palmeras y caña de azúcar, que a lo largo de unos 8 kilómetros se cultivan al lado de Nizwa.
Hicimos, como buenos turistas, algunas compras y recuerdos, y el grupo decidió regresar por carretera hasta Muscat donde pasaríamos la última noche en Omán.
El trayecto resultó muy cómodo gracias a una flamante y nueva autopista que han construido entre las dos ciudades, y que transcurre por el Valle de Samail, verdadera columna vertebral del país, ya que separa en dos partes la cordillera Al Hajar que nos acompañó a ambos lado de la ruta durante todo el recorrido.
Día 26 y 27 febrero 2012
دب ي DUBAI
Nuestros días de aventura en Omán han acabado, hoy volamos al Emirato de Dubái, uno de los siete emiratos que integran desde el 2 de diciembre 1971 los Emiratos Árabes Unidos y donde sobresale con luz propia su ciudad más glamorosa, Dubai, un paraíso para los amantes del lujo, lo excesivo, la ostentación, lo inmenso y lo surrealista, un sueño convertido en realidad en medio del desierto, gracias a los petrodólares.
Tras un corto vuelo de menos de una hora de duración desde Muscat, aterrizamos en el gran aeropuerto internacional de Dubai, donde recogemos nuestros vehículos, que esta vez son Mazda con tracción a dos ruedas.
Dubai, una de las ciudades más renombradas del mundo, cuenta con un “skyline” impresionante con unos rascacielos de última generación y que revelan el poder del dinero sobre el ingenio humano en uno de los terrenos donde es más difícil sobrevivir, el desierto. En Dubai está con 828 metros, el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, (Torre del Califa). Un hotel con siete estrellas, uno de los dos que hay en el mundo, el Burj Al Arab (Torre del Árabe). El centro comercial más grande del mundo, el Dubai Mall. La fuente con luz y sonido más grande del mundo, la Dubai Fountain. Las islas artificiales en forma de palmera urbanizada dentro del mar de Palm Jumeirah y un mapamundi formado por 300 islas, las World Islands. Cinco de los seis hoteles más altos del mundo. El metro más moderno del mundo con una red de 75 Km donde no existe ningún conductor. También cuenta con el puerto más grande del mundo y está prevista la inauguración del aeropuerto más grande del mundo para el 2012.
Su arquitectura es simplemente impresionante, nutrida de alta tecnología y grandes ideas. Es la ciudad donde casi cualquier proyecto es realizable.
Dubai comenzó a desarrollarse a principios del siglo XX, a ambos lados del “Dubai Creek”, un accidente natural en forma de ría de agua del mar que se adentra en tierra unos 10 kilómetros. Conocido en tiempo de los griegos que le llamaban río Zara, marcó el punto de inicio en el despertar de la nueva ciudad, naciendo dos pequeños núcleos, Bur Dubai y Deira, situados uno a cada lado del Creek, en ese tiempo aquí estaba el puerto más importante de la región, a él llegaban centenares de barcos que comerciaban con India y África. Los dhows (barcos tradicionales árabes) han estado muy unidos a la historia de la ciudad. Empezaron a construirse los primeros zocos y las primeras mezquitas.
Los años 40 estuvieron marcados por la Segunda Guerra Mundial. Al hecho en sí de la propia guerra se añadió la aparición de perlas cultivadas en el mercado, que acabó con la tradicional pesca de perlas naturales que prácticamente dejaron de existir por la sobreexplotación. La escasez de alimentos fue lo más remarcable que llevó a la miseria a los 20.000 habitantes que vivían en Dubai.
En los años 50 Dubai comenzó a comerciar con oro y el jeque Rashid Bin Saeed Al-Maktoum, ordenó drenar la ría y reforzar los muelles para que su comercio marítimo siguiera creciendo.
En 1969 comenzó a exportar petróleo y en ese año ya contaba con 59.000 habitantes y marca el despertar del Emirato.
En 1971 se forman los Emiratos Árabes Unidos, de los que Dubai formará parte, y en 1973 se crea el dirham de los EAU, la moneda única de los Emiratos Árabes Unidos.
En 1979 se Inaugura el puerto de Jebel Ali y el Dubai World Trade Centre, el primer rascacielos de la ciudad que preparará el terreno para otros ambiciosos proyectos arquitectónicos.
El jeque Maktoum sucede en 1990 a su padre, como gobernador de Dubai, muerto en la guerra del Golfo Pérsico. Se inicia el milagro de Dubai.
El 1 de diciembre 1999 se inaugura el hotel Burj Al Arab, con una altura de 321 m. Es el primer hotel de 7 estrellas del mundo.
En 2003, Dubai es reconocida por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial como un nudo financiero mundial. Además el mercado inmobiliario crece mucho gracias a la introducción de la propiedad freehold, el 15 % de las gruas del mundo trabajan en Dubai.
El 4 de enero del 2010 se inauguró el Burj Khalifa, la estructura más alta construida por el ser humano con 828 metros de altura. La construcción comenzó el 21 de septiembre de 2004.
Antes de regresar al Hotel Radisson decidimos ir al viejo barrio de Deira, para ver el auténtico Dubái, realmente no tiene nada que ver con el de los grandes rascacielos y avenidas. El barrio de Deira es sencillo, con gente normal y corriente, comerciantes, taxistas, pescadores, barqueros, gente normal trabajadora, muchos inmigrantes que han venido hacer fortuna en este país de sueños. Llegamos hasta el Dubái Creek y tomamos un pequeño dhow para dar un paseo antes que se ponga el sol, fue una bonita experiencia, por la tranquilidad que tuvimos, estando tan cerca y a la vez tan lejos de la cosmopolita y ruidosa Dubái. Al final vimos lo que Jaume tantas veces había deseado vivir, un puerto lleno de dhows, trajinando mercancías desde las embarcaciones a tierra y viceversa, a mano, lentamente, como siempre ha sido. Dubái también tiene algo de ciudad normal. Nos vamos más tranquilos al hotel.
Día 28 febrero 2012
Tras nuestra visita a Dubái, donde un autobús guiado en exclusiva nos mostró los edificios y lugares más emblemáticos de la ciudad, comimos en todo un hotel de 7*, el Burj al Arab, subimos al edificio más alto del mundo, cenamos al lado de la impresionante fuente de Dubái, admirando su sonido, sus colores y su grandiosidad, estuvimos a punto de esquiar sobre la nieve en pleno desierto, compramos en los almacenes más grandes del mundo, el
Dubái Mall y hasta subimos en el metro más moderno del mundo, donde las mujeres pueden viajar solas si así lo desean, nos dirigimos, con la resaca de estar aún dentro de un sueño imposible, con el coche que habíamos alquilado, hacía la capital de los Emiratos Árabes Unidos, Abu Dhabi. Una autopista de 6 carriles en cada sentido, con peaje que puedes pasarlos a 120 Km/hora y con el cuello un poco anquilosado de tanto levantar la cabeza, por tantos y tantos rascacielos, fue la forma de salir de Dubái.
أب وظ بي ABU DABHI
Tras una hora y media de plácida conducción llegamos a Abu Dhabi, donde visitamos otra extraordinaria obra arquitectónica de este país, la Mezquita Sheikh Zayed, o la Gran Mezquita de Abu Dhabi, es en tamaño la tercera del mundo tras La Meca y Medina.
El proyecto de construcción de la mezquita se inició en la década de 1980 con el estudio de planificación, diseño y ubicación.
El 5 de noviembre de 1996, se inició su construcción y tras algunas vicisitudes administrativas, abrió sus puertas a finales del 2007.
Este majestuoso templo islámico, iniciado por orden del Sheikh Zayed bin Sultan Al Nahyan, considerado como el padre de los Emiratos Árabes Unidos y enterrado en el templo el 4 de noviembre del 2004, es probablemente el más imponente monumento en Abu Dhabi hasta la fecha y uno de los tesoros arquitectónicos más importantes y bellos de los Emiratos Árabes Unidos y del mundo.
Con una superficie de 22.412 m2, tiene una capacidad para 41.000 personas, a las que deben añadirse 23.000 más que pueden estar en sus jardines. La mezquita posee 82 cúpulas de diseño marroquí decoradas con mármol blanco, la cúpula principal tiene un diámetro de 32,8 m y 70 metros de altura desde el suelo y es la cúpula más grande de su tipo de acuerdo al centro de investigación de historia islámica y la cultura en Turquía.
La mezquita tiene 1048 columnas en sus áreas exteriores y 96 en la sala de oración principal, decoradas con madre perla, además en esta sala existe un candelabro araña que con sus dimensiones de 10 m de altura y 9 toneladas de peso es el mayor del mundo. Así como la alfombra que cubre el suelo de esta sala construida integralmente a mano en Irán, que con sus casi 2.270.000 nudos es también la mayor del mundo.
La mezquita tiene cuatro minaretes de 107 metros de altura cada uno. La puerta de cristal principal tiene una altura de 12,2 m, y pesa unas 2,2 toneladas.
El coste total de la obra fue de 545 millones de US $ del 2007.
La visita nos mereció la pena, realmente es una obra maestra de la arquitectura, por su belleza, por su grandeza y por su esbelta espectacularidad, no sé cómo serán las mezquitas de La Meca y Medina en Arabia Saudita, pero esta de Abu Dhabi es simplemente, impresionante.
Alucinados por el espectáculo de la Gran Mezquita nos dirigimos a la Isla de Yas a unos 25 Km, al norte ubicada estratégicamente entre Abu Dhabi y Dubái, contiene hoteles de alta gama, parques temáticos, campos de golf, centros comerciales, apartamentos y villas.
Nosotros como no podía ser de otra forma fuimos a vivir y sentir la adrenalina y la emoción en el World’s Ferrari, un parque temático donde esta marca italiana es la protagonista. La historia de sus modelos, sus pilotos, sus campeones, junto con atracciones muy impactantes como la montaña rusa más rápida del mundo que te traslada de 0 a 240 Km/hora en 4 segundos u otras más infantiles para que todos los visitantes, adultos y niños disfruten de la sensación de velocidad. Junto al Mundo Ferrari está el circuito de carreras donde se celebra el Gran Premio de Fórmula 1 de Abu Dabhi.
Tras tantas emociones llegamos en el Hotel donde cenamos y fuimos a dormir.
Día 29 febrero 2012
Hoy es 29 de febrero, una fecha que sólo se repite cada cuatro años, hemos amanecido en la capital de los Emiratos Árabes Unidos y la satisfacción de lo que aquí hemos visto es muy positiva, su diferencia con la lujosa Dubái es abismal, excluida es sí, la Gran Mezquita.
Nos permitimos el gusto de visitar el segundo y último, hasta ahora, hotel de 7* del mundo, el Emirates Palace de Abu Dhabi, que compite en lujo y espectacularidad con el Burj Al Arab de Dubái. Este impresionante hotel se encuentra al final de “La Corniche” o paseo Marítimo muy cerca del Palacio del Jeque de Abu Dhabi. Sus líneas arquitectónicas son sobrias y muy elegantes, es un auténtico palacio real. Se inauguró en noviembre de 2005 pero algunos restaurantes y balnearios no abrieron hasta un año más tarde.
Salimos de la ciudad y por autopista llegamos a Dubái y su aeropuerto para tomar un avión con rumbo al tercer país de este Arabian Raid, Qatar.
Salimos a las 15 horas de Dubái y por aquello de la magia horaria y tras recorrer 500 Km llegamos a Doha, capital de Qatar a la misma hora. Nos vienen a recoger y nos trasladan a un bonito Hotel de la parte antigua de la ciudad a escasos cinco minutos del Souq o Zoco.
دوحة QATAR DOHA
Doha es el capital de Qatar, país situado en una pequeña península en el Golfo Pérsico. Su población es de unos 550.700 habitantes y como en todos los países de la región sus principales actividades económicas son la industria del petróleo y la pesca.
Doha, palabra que proviene del término árabe Dohat (bahía o golfo, refiriéndose a la zona de La Corniche que rodea su costa), fue fundada en
1825. La ciudad fue capital del protectorado británico de Qatar desde 1916 hasta 1971, a partir de esa fecha fue capital del Estado de Qatar.
En 1917, se construyó el fuerte Al-Kout, que se encuentra en el centro de la ciudad y ahora es un parque para camellos.
A principios del siglo XX, Doha era tan solo un puerto para pescadores de perlas, que llegó a tener una flota de 350 barcos para este menester y 12.000 habitantes. La introducción de las perlas cultivadas japonesas en la década de 1930, sumió a toda la región en la pobreza. A finales de ese mismo año se descubrió petróleo en Qatar, que a partir de la Segunda Guerra Mundial y con el descubrimiento de importantes reservas de gas y petróleo, se inició una lenta transformación económica.
En 1971 Gran Bretaña decide abandonar sus protectorados del Golfo Pérsico, entre los que estaba el de Qatar, a la que se otorga el título de Estado independiente, ese mismo año firmó un tratado de amistad con Gran Bretaña e ingresó en la Liga Árabe y en la ONU.
En 1973, la Universidad de Qatar abrió sus puertas, y en 1975 el Museo Nacional de Qatar fue inaugurado en lo que fue originalmente el Palacio del Gobernador en 1912.
La cadena televisiva árabe Al-Yazira comenzó a emitir desde Doha en 1996.
Su extraordinaria vocación expansiva y de internacionalización ha llevado a Qatar y a su capital Doha, a ser aspirante para organizar los JJOO del 2020 y a Qatar ser país organizador del Campeonato Mundial de Fútbol del 2022.
Una extraordinaria inversión inmobiliaria se está llevando a cabo, siendo el emblema de esta expansión el impresionante complejo de lujo que se conoce con el nombre de La Perla, creado cerca de la Nueva Doha y que se concluirá en los próximos años.
En nuestra primera toma de contacto con la ciudad, nos acercamos a un mirador situado en La Corniche, delante del modernos “skyline” de rascacielos de Doha, allí Jaume Millan nos enseñó el secreto de las buenas fotos al atardecer, la foto inferior es suya. Pasamos casi una hora absortos por la visión de luces que van modificando el colorido de la moderna ciudad, hasta que decidimos dar un paseo por el Souq de su casco antiguo.
El zoco de Doha, era un lugar lleno de encanto, con movimiento, mucha vida, actuaciones de artistas en la calle, músicos, payasos, cantantes, mimos, fue una muy agradable experiencia, un soplo de aire fresco inesperado y sorprendente, Doha era una ciudad de árabes pero con una clara vocación internacional, entendimos al president del Barça, Rosell cuando aceptó a la Qatar Foundation como sponsor de su club, no había en las mujeres un uniforme negro con la cara tapada, aquí cada uno vestía como quería y por supuesto los qataríes lo hacían siguiendo sus ancestrales costumbres, tanto sus hombres como sus mujeres, preciosas en su mayoría. El Zoco de Doha nos enamoró y cautivó, como habíamos quedado con el resto del grupo en el hotel, tuvimos que irnos pero al día siguiente estaba claro que ese lugar habría que saborearlo palmo a palmo durante mucho rato.
Día 1 marzo
Tras el desayuno, un autobús nos recoge para acompañarnos en una visita a la ciudad. Siguiendo la línea litoral por La Corniche nos vamos acercando a los rascacielos que ayer fotografiamos al atardecer, no son tan altos ni espectaculares como los de Dubái, pero representan la voluntad de cambio y modernidad del pueblo qatarí.
Nos enseñan el futuro complejo urbanístico de lujo de “La Perla”, hoy está deshabitado y sólo vemos dos tiendas abiertas, Ferrari y Rolls Royce, impresionante. Una gran maqueta en las oficinas del complejo nos indica cómo será este superpuerto y refugio de fortunas libre de impuestos.
Tras la visita nos llevan al zoco, que ya estuvimos ayer, nos sorprenden con la visita a una tienda de pájaros, concretamente de halcones, ya que los árabes son muy aficionados a la cetrería y se gastan mucho dinero en la compra y cuidado de estas extraordinarias aves.
Paseamos por las callejuelas exteriores del zoco, donde abundan los restaurantes y cafés, también tiendas de souvenirs, joyerías y de artesanía, especialmente de los khanjar y sables. En el interior del zoco, cubierto, las callejuelas son mucho más estrechas y existen comercios de todo tipo, especialmente de ropa, útiles para el hogar, productos de limpieza y cosmética o comida. Descubrir el zoco al mediodía también tiene su encanto, aunque el calor y una leve tormenta de arena que azota la ciudad no lo hacen tan agradable como al atardecer, donde el viento refresca el ambiente y se vuelve mucho más agradable el pasear por él.
Tras descubrir de día lo que por la noche visitamos, subimos al autobús para dirigirnos al moderno Museo de Arte Islámico de Doha, donde se hallan representados todos los países islámicos o que han tenido relación con esa cultura, por supuesto España está presente con varios objetos.
El Museo inaugurado en noviembre del 2008, ha sido concebido por el mismo arquitecto que construyó la pirámide de cristal del Museo del Louvre, el chino Ieoh Ming Pei, manuscritos y cerámicas, piezas labradas en oro, piedras preciosas, madera o marfil, se exhiben en las salas de este magnífico edificio que se levanta sobre una isla artificial.
Asimismo, hay ejemplos de las aplicaciones artísticas en la caligrafía, retratos, grabados, tejidos, escultura y arquitectura del mundo árabe con piezas traídas de todos los continentes donde el Islam ha proliferado.
Tras la visita, algo aburrida por nuestro gran desconocimiento en arte islámico, decidimos ir a comer al Zoco, después, eso sí, de degustar la menta con limón granizado, una especie de mojito sin alcohol de sabor exquisito y muy refrescante.
Comemos en un restaurante de pescado, y nos vamos al hotel a descansar antes de dar por la tarde el que será nuestro último paseo por el Zoco de Doha y de todo nuestro viaje, ya que a primera hora de la madrugada del día 2 tomaremos un avión con destino a Madrid que dará por finalizado este gran viaje, mezcla de aventura, 4x4 y turismo en unos países tan ricos que no saben qué hacer con el dinero y han creado un mundo irreal en medio de un desierto tan real como hostil.
Nos vemos en la próxima aventura de Territori 4x4
Jordi Tobeña
Agradecimiento a Jaume Millan y Juan Antonio Rodriguez por sus fotos y a todos los compañeros del viaje por haber compartido con el mismo espíritu positivo y de equipo, todos los momentos de la expedición.