En el puerto de Marsella, nos embarcamos hacía una aventura que tiene como gran objetivo vencer al inmenso y difícil desierto de Libia, conduciendo más de 2000 kilómetros fuera del asfalto, de los que 800 son dunas. El recorrido atraviesa dos de los mayores Ergs del Sahara, el Abwari y Murzuq por vías de alta dificultad, visitando además el Akakus y el Tassili N’Ajjer de Libia, el asombroso plateau de Maghidet, culminando la odisea en las grandes dunas de los Lagos del Doudas, uno de los lugares más bellos del mundo.
¿Alguien da más?
Tras una plácida travesía marítima que se inicia en Marsella, pasamos sin dificultades la frontera tunecina y nos dirigimos al sur del país para pasar la noche en un Hotel de Matmata.
Por la mañana temprano y por carretera alcanzamos la frontera de Túnez con Libia, parte de nuestro equipo libio nos esperaba para ayudarnos con los siempre complicados trámites aduaneros, que esta vez se demoraron más de lo previsto.
Tras cruzar la frontera, llegamos a Zwarah donde algunos participantes cenaron unos kebabs en un restaurante local y otra parte del grupo decidió hacerlo en la acampada improvisada a unos 50 kms al sur de esa población.
Primera Etapa: EL GRAN ERG AWBARI
Tras una noche tildada por la emoción y las ganas de llegar cuanto antes a la arena del Abwari, los participantes desmontamos el campamento con celeridad, llevábamos 4 horas de retraso y el tiempo era oro.
Atravesamos Nalut, y llegamos a Derj donde nos reunimos con el resto del equipo de asistencia libio, comemos y llenamos a rebosar los tanques y jarricanes de combustible. A los pocos kilómetros iniciamos la pista y el Erg Abwari.
Por pistas o navegando off road, siguiendo los waypoints, llegamos a Bir Gazelle y un bello cañón que culmina con una singular curiosidad, los restos de un árbol fosilizado hace millones de años.
Acampamos a escasos kilómetros del lugar previsto, un pequeño cordón de dunas que en condiciones normales hubiéramos cruzado, pero por seguridad y para evitar problemas de conducir sin luz solar, decidimos abordar el día siguiente y pasar la noche en ese agradable lugar.
Tras desayunar y deshinchar presiones iniciamos la travesía del Erg, durante todo el día navegamos por inmensos mares de arena salpicados por dunas de fácil trazado que todos superamos sin problemas, el grupo va muy fluido y cómodo lo que nos permite avanzar con gran rapidez y cruzar la hamada de 70 kms antes de las grandes dunas del Erg, hacemos la segunda acampada en el Abwari al final de la gran extensión de piedras y arena, justo al lado de la gran duna que supone el inicio del Erg.
Por fin llega el gran día, 15 cordones de grandes dunas se encuentran justo detrás de esa gran mole de arena de más de 100 metros de altura, hemos elegido el paso más difícil del Abwari y eso incrementa la tensión y la concentración todos los pilotos y copilotos. Mare tiene el placer de marcar las trazas de la brutal subida, lo logra a la primera a pesar que un tramo de arena muy blanda dificulta mucho el recorrido. Xavier y Teresa abren un nuevo track en una ascensión directa y sin concesiones a la cresta. Con los dos pasos abiertos el resto del grupo, encabezado por los “Indidimuniets”, sube con más o menos dificultades la gigantesca duna, el resultado final es un gran éxito, ya que en menos de cuarenta minutos todos los coches estamos agrupados en el "plateau" que corona la duna.
Tras superar el primer cordón de dunas, nos tropezamos con una marabunta de roderas dejados por los casi 60 participantes de un raid francés que hace varias semanas pasó por allí, nos alegramos de no ser tantos coches y poder disfrutar de nuestro propio track sin tener de pisar una arena tan marcada y blanda. Seguimos waypoints para superar las próximas dunas, pero el comportamiento del grupo es tan bueno, que decidimos complicar aún más el recorrido abriendo nuevas vías en la mayoría de cordones restantes.
Sin darnos cuenta, los grandes y difíciles mares de dunas del Abwari, han sido superados por todos los participantes sin apenas “quedadas”, el recorrido ha sido genial y es tan grande la satisfacción del grupo, que la Organización propone un cambio de itinerario que nos llevará a descubrir uno de los lugares más hermosos y desconocidos de Libia, el Tassili N'Ajjer libio, el Plateau de Maghidet, justo en la frontera con Argelia.
Segunda Etapa: MAGHIDET - GHAT - AKAKUS
Guiados por el genial Lamine, nuestro guía, empezamos a cruzar tenerés y mares de arena rumbo suroeste, a las 4 de la tarde alcanzamos el mágico lugar que encandila a todos por su singularidad, espectacularidad y excepcional belleza, admiramos la puesta de Sol y dormimos acompañados por pétreas formaciones que nos hacen volar la imaginación, recordando figuras de animales o formas de indescriptible geometría. Sin duda alguna Territori 4x4 debe repetir esta acampada en Maghidet en sucesivos raids a Libia.
El amanecer siguiente, envuelto por la magia y el frío del lugar, no obstante estamos a casi 1000 metros de altitud, nos hace tomar un copioso y calórico desayuno, para poder afrontar la etapa hasta Ghat, capital de los Tuaregs y declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad. Se come en un restaurante local.
Nuestros amigos y compañeros de Madrid con su Galloper sin amortiguación trasera deciden que no pueden cruzar el Murzuq, la Organización les propone que hagan el Akakus por su cuenta con la colaboración de un guía tuareg. El resto del grupo, inicia una etapa de navegación nocturna hasta llegar al Dedo de Dios, Adad, donde se acampa.
El día en el Akakus amanece gris y con lluvia, lo que hace mermar ligeramente la espectacular belleza de este Parque Nacional Patrimonio de la Humanidad. Visitamos varios enclaves prehistóricos con pinturas rupestres y las conocidas formaciones rocosas de la pata del elefante. El colofón es el increíble y gran Arco del Akakus, allí nos reencontramos con Antonio y Montse que han logrado llegar, a pesar de su maltrecha suspensión, abrazos y alegría, mucha alegría, por el inesperado reencuentro.
Tras pasar la noche en el campamento, los participantes de otro coche deciden no aventurarse en el Murzuq, ya que unas molestias físicas así lo aconsejan. De esta forma los dos coches seguirán en el Akakus con el guía nativo durante todo el día y nos reencontraremos, “in shalah”, tres días después cerca de Jerma.
Tercera Etapa: COL D'ANAI - ERG MURZUQ
Nos despedimos de nuestros cuatro compañeros y con rumbo sureste, siguiendo waypoints, iniciamos el camino hacía el Erg del Murzuq. Paralelos con la frontera argelina, por rápidos tenerés llegamos al control militar, donde nuestros acompañantes libios realizan las formalidades para seguir rumbo sur hacía el Col d'Anai, justo en la confluencia de las fronteras de Argelia, Libia y Níger.
El coche quemado que abre la dura subida al Col incentiva a todos los participantes a mantener la concentración en la travesía que vamos a realizar durante los próximos días.
Todos los 4x4 suben las arenosas rampas del Anai. Ya arriba aparecen las colosales y temidas dunas del Murzuq, los nervios hacen que todos tengamos otra vez hambre y decidimos volver a tomar algo de comida, para serenar nuestra pasión por conducir y recrear con nuestros ojos tanta belleza y sobre todo, tanta arena ¡¡¡
Por fin el grupo reinicia su marcha, una gran olla de arena situada a unos 40 kms, pone en dificultades a casi todos los participantes, tras dura lucha con la arena y las pendientes, se logra superar con éxito ese difícil paso.
Seguimos adelante, creando un track muy técnico y complejo, una duna de empinada subida y vertical bajada, hace que algún participante tenga dificultades en vencerla, justo allí, un HDJ 80 que se ha quedado empanzado en plena cresta, es ayudado a salir del atasco por el lugar no recomendado provocando al Toyota rescatador un buen susto. Un abrazo entre lágrimas de los dos protagonistas hacen inenarrable el momento. Gracias al fantástico trabajo del equipo de mecánicos dirigidos por Josep Tuxans y después de casi cinco horas de trabajo, se logra solucionar el problema y poner en marcha el 4x4 averiado. La noche ha caído y decidimos acampar en ese lugar, cenamos y recogemos, para no olvidar, arena de esa duna.
Con todos los participantes concienciados que estábamos haciendo un Murzuq muy difícil, que en ocasiones roza el eXtrem, decidimos reducir el nivel y seguir los waypoints inicialmente establecidos. El recorrido se hace fascinante y el entorno donde nos movemos extraordinario, en ocasiones cuando coronamos algún alto cordón de dunas nos percatamos del lugar donde estamos, una océano de arena, con miles y miles de agolpadas dunas que nos rodean en centenares de kilómetros, el Murzuq es uno de esos lugares del planeta en los que uno se siente pequeño e indefenso, feliz y asombrado, pasional y sensible, es un lugar donde se pueden encontrar restos de cerámica y puntas de flecha de sus antiguos y prehistóricos pobladores, que aprovechaban el agua de sus lagos para cazar y pescar. El Murzuq es sin duda uno de esos lugares que hay que visitar, al menos una vez en la vida, es impresionante y sobrecogedor. Es, probablemente, el encuentro más impactante que un humano puede tener consigo mismo
Tras 330 kms en el Murzuq, el coche de "Manguito" y su copiloto Rafa, que había superado todas las dificultades y averías del recorrido, que con su anciana carrocería había llegado hasta Burkina, Benin y Togo, y era por ello el más viajado de todos los coches que allí estaban, y que era sin duda, el más mimado de todos, decide sin previo aviso, dar por acabada su intensa y aventurera vida en este singular lugar, con tristeza pero, con la satisfacción del deber cumplido, su dueño y amigo entiende que el Murzuq es el lugar ideal para que su viejo 4x4, descanse hasta que la inexorable ley de la arena del desierto acabe enterrándole en él.
Llegamos al pueblo de Murzuq, donde por fin podemos repostar y comer en un lugar civilizado, han sido tres días muy intensos, con un gran trabajo en equipo, en una travesía excepcional y difícil, que todos estamos de acuerdo en repetir y si es posible superar con otro trazado tan divertido y emocionante como ha sido el de este año.
Cuarta Etapa: LOS LAGOS DEL AWBARI ORIENTAL
Por la noche llegamos al Camping de Takarkiba, donde nos reencontramos con nuestros cuatro compañeros que mucho más relajados y sin derrochar tanta adrenalina como nosotros, ya estaban cómodamente ubicados desde la noche anterior. Cenamos en el restaurante del Camping y dormimos en unas sencillas, pero cómodas cabañas.
Por la mañana iniciamos la gran travesía de los lagos y los oasis, 130 kms de grandes dunas con subidas y bajadas espeluznantes que llenaron de satisfacción a todos los participantes. El primer lago casi no tiene agua los otros tres siguientes, son de agua salada y están rodeados por gigantescas dunas de arena, especialmente el de Gaboroun, uno de los paisajes más espectaculares del viaje, por el excepcional contraste de las dunas y el agua entre palmeras.
Por la tarde y tras una reñida carrera con Marc y su Range Rover, llegamos a un bonito palmeral cerca de Idri, donde acampamos, cenamos y pasamos la última noche de charla al lado del fuego, esta vez abundante gracias a las hojas y ramas secas de las numerosas palmeras que allí habían.
Al día siguiente, todo el grupo inició el retorno a casa, felices, con la ilusión y deseo de volver a este bello desierto que tantas satisfacciones y pequeños disgustos nos había dado. Sin duda una aventura inolvidable no sólo por el recorrido, los paisajes, la conducción, sino por el grupo, un equipo de gente insuperable, con unas ganas de hacer cosas y ayudar a los compañeros, un grupo de hombres y mujeres que rara vez se encuentran en un viaje tan difícil y duro como el que hemos realizado. El grupo y sólo el grupo, ha sido el culpable del éxito de este gran viaje a Libia 2008.
Diciembre 2007
Jordi Tobeña