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Crónicas
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Crónica de Manuel Herrara

3Con la expectación habitual en los viajes de verano, nos encontramos en el puerto de Barcelona, todos los componentes del grupo, salvo dos afortunados valencianos, nos llevaban una semana de ventaja, por Grecia.

Los que vivimos en Barcelona, tuvimos, en esta ocasión, mucha suerte... estamos al lado del embarque.

Después de las presentaciones y la entrega de las camisas y el libro de ruta, nos fuimos conociendo.

A media tarde, procedemos al embarque, hoy diferente, pues los copilotos y acompañantes no entraron en la bodega del barco, haciéndolo por la pasarela.

Comienza la travesía hacia Civitavechia (Italia, muy cerca de Roma). El mar estaba muy bien y el barco también.

Al día siguiente desembarcamos en Italia, nada más salir tomamos la autopista y casi sin detenernos en todo el viaje llegamos a una ciudad costera llamada Martina Franca, donde pasamos la noche.

 

Temprano salimos para el puerto de Brindisi (al sur de Italia), estando con el tiempo suficiente y sin problemas pasamos todos los controles policiales y nos situamos en la cola del embarque. El barco está allí con una enorme bandera turca en la popa.

Al rato embarcamos, nos entregan las llaves de los camarotes, es un barco más pequeño que el italiano, pero está vacío, es decir, prácticamente para nosotros, por lo que la travesía fue muy cómoda.

Pasamos el estrecho de Corinto, donde las primeras cientos de fotos se hicieron, hay lugares donde el barco pasa a menos de medio metro de las paredes excavadas.

Algunos no madrugamos tanto.

Cerca de la llegada a Turquía, el barco comenzó a moverse durante un rato, pero gracias a la recomendación de algún sabio marinero, tomamos las pastillitas de rigor y ya está.

Por la tarde llegamos al puerto de Cesme, donde nos proporcionaron los visados correspondientes e iniciamos el viaje por carretera dirección Esmirna, y continuamos el viaje y llegamos por la noche, a Kusadasi y dormimos en un magnífico hotel, alguno se bañó en la piscina muy agradable.

17Los dos coches valencianos se unieron al resto del grupo esa noche, llegaron contentos de llevar una semanita de ventaja por Grecia.

Por la mañana comenzamos la ruta desde el hotel con destino Pamukkale, por carretera, pero antes, visitamos Éfeso, una magníficas ruinas, eso sí, las autoridades turcas, deberían contratar algún jardinero pues las hierbas “se comen” las ruinas. No cabe duda que era un lugar extraordinario y se pueden contemplar las huellas grecorromanas del lugar. El teatro está muy bien conservado.

A media mañana, continuamos la ruta, por carretera, hasta llegar a Pamukkale, al atardecer, por decir algo, había más de cuarenta grados, afortunadamente la piscina y las cervecitas frescas hicieron bien por el grupo.

Cuando el sol bajó un poco nos dirigimos hacia el “castillo de algodón”, entrando por el norte para visitar unas preciosas ruinas, Hierápolis, donde, según la historia, los ricos romanos iban a curarse por los beneficios de las aguas de Pamukkale, pero algunos se quedaban “para siempre”.

Llegamos a las pequeñas lagunas pequeñas con agua, justo en el crepúsculo, y el paisaje es extraordinario, en esta ocasión el agua no llenaba todas, pero el lugar vale la pena, ciertamente parece algodón, otras cientos de fotos se hicieron allí.

Cenamos en el hotel y asistimos a una boda turca que allí celebraban, no sería la última.

A la mañana siguiente comenzamos la ruta en dos grupos, para encontrarnos con las primeras pistas de montaña, al llegar al punto de separación del asfalto iniciamos la ruta hacia las alturas.

Intentamos navegar los puntos de referencia, pero teníamos errores de medio kilómetro por lo que hicimos la ruta en paralelo, pero en la misma dirección, hicimos alguna vuelta de más, pero conseguimos ver parajes increíbles. Toda la ruta discurrió cerca de los dos mil metros de altura. Pudimos ver unos valles, verdaderamente bonitos, protegido pos la cordillera de los Taurus marítimos.

Esa noche llegamos a Antalya, el hotel, era algo extraordinario, tres jornadas nos esperaban, por la zona. Es una zona muy turística, pero con un alto nivel.

El hotel es un lugar muy moderno y con un diseño fuera de lo común, todo el hotel es blanco y rojo, el buffet de desayuno o cena, es magnífico, ciertamente, es un hotel diferente y bien vale la pena alojarse allí.

13Madrugamos para ver las ruinas de Termessos, para poder llegar hay que hacer una buena caminata, además cuesta arriba, pero vale la pena ver el teatro construido en ese lugar. A media mañana partimos, por pistas hacia el sur, donde nos esperaba Myra al caer la tarde. Hicimos un buen rodeo pues, a mitad del camino, los lugareños nos indicaron que parte de la pista había desaparecido por las riadas.

Llegamos a Myra atardeciendo, es cierto que es un lugar increíble, ya no por sus tumbas Licias y por la tumba de San Nicolás, si no por su teatro muy bien conservado, realmente son unas ruinas magníficas.

Nos espera un largo recorrido por la bella costa turca, en esta ocasión por asfalto, estamos a más de cien kilómetros del hotel de Antalya.

Al día siguiente, descanso para visitar Antalya, algunos hicieron un interesante y divertido crucero por la costa en un velero, otros vieron Olimpos y Cimera con su fuego eterno, pero hizo calor, mucho calor, otros disfrutaron del hotel y su piscina, etc. Son vacaciones.

Madrugamos y nos despedimos del fantástico hotel, saliendo dirección Aspendos, llegamos al abrir el recinto y visitamos, sobre todo el increíble y bien conservado teatro, es el más interesante del país, de hecho se utiliza en la actualidad para espectáculos y representaciones teatrales.

Partimos dirección Beskonak, que es la puerta del Parque Nacional del Kuprululu, extensión boscosa y muy bonita, que ha excavado el río del mismo nombre, dando lugar al un cañón espectacular. Hicimos esta ruta alternando asfalto con pistas de alta montaña, verdaderamente bonitas y espectaculares, subiendo montañas, llegando a valles de singular interés.

Después de una buena jornada y de pasar algo de calor llegamos al hotel Dedeman de Konya y, algunos nos relajamos en las piscinas y zonas de masaje y jacuzzi, etc.

A la mañana siguiente visitamos Konya, una ciudad que está considerada como la cuna del Islam. Salvo la puerta del Museo Nacional y que es conocida por los Derviches Danzantes, es un lugar moderno y con aires más europeos de lo esperado.

Salimos a mediodía para visitar, en mitad de la ruta, el caravansarai de Sultahnhani, situado en un lugar estratégico y desierto, pero muy usado por los camelleros de la ruta de la seda.

Salimos, después de la visita, dirección Capadocia, donde nos espera la visita de la ciudad subterránea de Derinkuyu, es un lugar extraño, singular, una ciudad subterránea de muchos metros de profundidad.

Bajamos unas ocho plantas, hasta donde permiten las autoridades, pero según nos cuentan es un pequeño porcentaje. Es increíble cómo vivían los antiguos habitantes del lugar.

Rápidamente salimos dirección al Sunset Point, para hacer las fotos de rigor en el crepúsculo, ciertamente es un lugar demasiado turístico, pero la Capadocia es famosa en el mundo.

Llegamos al hotel ya de noche, mañana nos espera un largo día para recorrer la Capadocia con nuestros vehículos todo terreno.

10Por la mañana, muy temprano y en compañía de Bayran, lugareño conocido, empezamos a visitar la Capadocia y lugares emblemáticos como Urgup, Aktepe, Cavusin Goreme, etc. Eso sí, pudimos acceder a lugares donde los autobuses no pueden, esa es la ventaja de viajar en 4x4. Toda la mañana visitamos la zona y lugares muy interesantes.

A mediodía degustamos una comida típica en el restaurante de Ortahisar y algunos fueron al hotel a descansar y otros a visitar el museo al aire libre de Goreme. Es de obligada visita, las ermitas policromadas y muy bien conservadas hacen disfrutar a los visitantes, la mezcla entre el arte y la naturaleza ha hecho de este sitio un lugar emblemático.

Tempranos salimos del hotel, parte del grupo, que tenían pensado volar en globo por la Capadocia, no pudieron hacerlo por dificultades climatológicas, con dirección Ankara, pasando primero por Hacibektas, que es un mausoleo donde está enterrado el fundador de la secta de los Derviches Danzantes, es lugar muy bien construido y conservado, es curioso, pero nos permitieron visitar el sarcófago, que es un lugar de peregrinación para los islamistas.

Seguimos dirección Hattussas las ruinas más antiguas de Turquía, de hecho, son del siglo XVIII antes de Cristo.

Antes de llegar, a Hattussas y por una avería mecánica de uno de los coches, el grupo se divide en dos, unos por pistas y visitando ruinas y otros por carretera visitando restaurantes originales, llegamos a Ankara. Ciudad caótica donde el tráfico es infernal.

Nos alojamos en un moderno hotel d 5*. Los que llegamos temprano dimos un paseo por el Bazar de la ciudad.

El día siguiente hicimos una ruta dirección Afyon, pero antes visitando el yacimiento arqueológico del Rey Midas. El paseo alrededor de las ruinas es muy bonito, dura un par de horas, pero merecen la pena.

Las construcciones son muy interesantes y la mezcla con la naturaleza del lugar, hacen de este enclave una sitio único.

Llegamos a Afyon a un hotel típicamente Turco, de hecho, éramos los únicos turistas alojados. La piscina de treinta y cinco grados centígrados fue utilizada durante largo rato por nosotros.

Muy cerca del hotel hay un paraíso para los amantes de la ropa barata, todas las marcas tiene outlet allí, de hecho, la mayoría compramos.

La cena del hotel estaba compuesta por muchos platos turcos.

Salimos del hotel, repostamos los coches y partimos dirección Bergamo. Una larga ruta, llena de curvas que nos internaba en los bosques de la zona. Prácticamente no visitamos nada, de hecho comimos en un restaurante de carretera donde el menú, mínimo, tuvo que ser mejorado por nuestras provisiones, sobre todo el vino.

Por la tarde llegamos al último hotel del viaje, situado en las cercanías de Bergamo, como las ruinas las cierran a las 17 horas, no llegamos a tiempo. Aprovechamos la piscina del hotel y visitamos la ciudad de Bergamo, dando un paseo antes de la cena, que estuvo amenizada por la música en directo, ya que celebraban el baile de unos recién casados.

Al día siguiente visitamos Bergamo, ciudad mítica, donde las ruinas que quedan (la mayoría están en Berlín) dan una idea del lugar emblemático elegido para su construcción. El paseo por el lugar es muy interesante, quedan columnas de mucha altura en los lugares originales y el teatro construido en la ladera de una montaña sigue bien conservado.

Rato más tarde, llegamos a Izmir, la antigua Esmirna, es una ciudad caótica en el tráfico, nos costó un rato aparcar los 4x4, de hecho los dejamos en el parking de un hotel.

Visitamos la ciudad y sobre todo, los bazares artísticos y artesanales. Hasta la hora de llegar a Cesme para embarcar.

12A las 19 horas es la cita en el lugar de embarque, preparamos los embarques y hacemos la cola de rigor, en esta ocasión, el barco está rebosante, completo, de hecho intentamos cambiar algunos camarotes por algunos superiores y fue imposible.

La travesía se hace larga y todos los sitios del barco están bastante llenos no como a la ida que el barco parecía nuestro. El desembarque en Brindisi se hace más lento de lo esperado, pero los turcos, no parecen especialistas logísticos.

Nada más salir del barco nos dirigimos hacia el norte, pues tenemos el tiempo justo para enlazar con el Ferry para Barcelona, nos quedan más de seiscientos kilómetros y las horas justas.

Por fin llegamos, como de costumbre nos toca esperar, pero el barco está muy bien y vacío, lo que nos proporciona comodidad y disponibilidad de todas las estancias para nosotros y algunos transportistas que se ahorran la carretera desde Roma a Barcelona.

Por la noche hicimos la fiesta de despedida, donde las bebidas hicieron cierto efecto relajante en algunos, de hecho, hubo baile hasta muy tarde, fue un rato muy agradable.

A la mañana siguiente, el mar se enfadó y las olas eran grandes, ni la biodramina quitó el mareo a algunos que no aparecieron hasta llegar a Barcelona.

Desembarcamos y nos despedimos del grupo, de hecho tardamos un rato pues se hicieron amistades y sinceramente, fue un grupo muy divertido, sensato y de buenos amigos.

Tendremos un muy bien recuerdo de las personas.

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