Tras una noche de travesía procedentes de Marsella, llegamos al puerto de La Goulette cerca de Tunis, capital del pequeño país del Maghreb. Cruzamos sin dificultades la aduana, tomamos la autopista dirección a Kairouan, una encantadora e histórica ciudad, declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad, alojándonos en un magnífico Hotel incrustado en la muralla y al lado de la Medina, tuvimos tiempo de perdernos por sus callejuelas, visitando algunos de sus grandes monumentos como la Gran Mezquita o la afamada Mezquita de las tres Puertas.
Al día siguiente, seguimos nuestro camino hacía el Sur, por el camino visitamos las bien conservadas ruinas romanas de Sbeitla y los increíbles oasis de montaña, cascada incluida. Antes de llegar a nuestro Hotel, pisamos por primera vez arena y pudimos subir y bajar las primeras dunas, un sencillo y divertido aperitivo de los que en los próximos días íbamos a vivir.
Por la mañana temprano, justo cuando la Tierra empezaba su peregrinar alrededor del Sol, iniciamos nuestro primer gran día lejos del asfalto. Primero un pequeño chott, que nos condujo al lugar donde se ubicó el poblado de Tatooine de la película de George Lucas, Star Wars, allí las grandes dunas que rodean el emblemático monumento de cartón piedra, fueron un aliciente para nosotros, bajándolas con facilidad y algunos subiéndolas con bastante dificultad, tras unos minutos disfrutando con la arena tomamos rumbo al Gran Chott el Jeridd, que cruzamos por pista, evitando entrar en sus engañosos y fangosos dominios. La travesía del Chott fue como siempre emocionante y diferente a cualquier otra ruta. Una vez superado sin incidentes el gran lago "seco" y salado, nos reencontramos con el guía de Territori4x4, Jordi, quien había preparado un gran dispositivo de profesionales locales, incluidos mecánicos, guías, cocineros y ayudantes que nos acompañarían durante nuestra travesía por el desierto. Una terrible tormenta de arena y viento nos dio la bienvenida al mundo real que nos encontrábamos, el primer objetivo era alcanzar un oasis en medio de las dunas donde comeríamos, tras una travesía dura y dificultada por el viento que no dejaba de soplar, alcanzamos el ansiado oasis, comimos con precipitación y rapidez por el desagradable y constante azote que la arena nos producía, la espesa nube de polvo que estaba ante nosotros impedía un avance fluido, dificultando alcanzar los waypoints que marcaban nuestros GPS, después de unas tres horas de lucha incesante contra la arena, las dunas y la tormenta, alcanzamos la zona de acampada, en medio de pequeñas dunas y muy cerca de un gran campo de rosas del desierto que el día siguiente nos encargaríamos de descubrir y recoger.
Al llegar, los cocineros habían preparado una estupenda cena, de la que sólo pudimos degustar el primer plato, la tormenta de arena seguía acechando e impidió disfrutar de la velada como todos hubiéramos deseado, el desierto es quien manda y siempre es impredeciblemente gracioso.
La mañana siguiente, amaneció con poco viento, lo que nos permitió encontrar muchas rosas de arena e iniciar el cruce del primer Erg de dunas sin grandes dificultades, a medida que los grupos iban llegando al pozo de agua dulce en medio de la hamada, se dirigían mediante un ejercicio de aventura y navegación con GPS al wpt AA05, un punto situado en medio de un gran mar de dunas. La arena seguía molestando empujada por el viento que no cesaba, esta anómala circunstancia climatológica, obligó a todos los participantes agudizar su ingenio y depurar al máximo su técnica de conducción por dunas. Al llegar todos los participantes al ansiado wpt, la tormenta de arena y viento estaba remitiendo, pero ya se había cobrado su tarifa en forma de 3 horas de retraso sobre el horario previsto, esto obligó a modificar el recorrido inicial y salir del Erg por un lugar no previsto. El retraso supuso una lucha contra el reloj y las dunas, amenizado por los embragues de algunos Toyota KXR que empezaron a hacerse notar. Entrada la noche todos los coches llegaron al campamento, sólo un Toyota sin embrague tuvo que pernoctar en el lugar. Los cocineros nos prepararon una cena típica a base de sopa, cuscus y carne que se culminó con varias pipas o narguiles que se fumaron alrededor de la gran hoguera.
Antes del amanecer se fue a intentar sacar el KXR, pero no pudo ser, así que un camión de asistencia tuvo de desplazarse en medio de las dunas y sacarlo a la pista, desde donde pudo seguir el recorrido hasta Ksar Ghilane. El resto de grupo se dividió en dos, unos por pista sin dificultades hasta nuestro próximo campamento de Haimas y el resto, unos 20 coches, a superar un erg de dunas altas muy cerca del Valle de las Dunas.
Uno tras otro todos los conductores del grupo "aventurero" iban viendo acercarse la enorme masa de arena roja que se levantaba delante, una barrera de dunas de unos 150 mts de altura que sólo verla impresionaba, el acceso al interior del Erg era complicado y tras varios pasos muy técnicos, el primer 4x4, coronó la duna más alta e iniciando el descenso a un paraíso de dunas que deleitó a todos los participantes. Después de más de cuatro horas disfrutando y conduciendo sin parar por dunas, se inició la salida del Erg, al que siguió a unos cuantos kilómetros otro nuevo de rosada arena, con unos paisajes de gran belleza que nos llevó directamente a la fortificación romana de Ksar Ghilane.
Tras la visita al castillo, nos dirigimos al camping y nos duchamos con agua termal procedente del gran sur tunecino. Antes de cenar tomamos un aperitivo, y vimos como nos prepararon el sabroso "cordero a la Jarra" enterrado en un gran jarrón bajo las brasas en el arenoso suelo. Judit, celebró su décimo aniversario con un pastel de tres pisos y con el Happy Birthday, en varios idiomas, entre los que sobresalió por su ritmo y buena interpretación, el portugués; unas copitas y algún narguile, para cerrar con éxito la dura travesía de tres días por dunas y navegación por el desierto, con todos los participantes bien de salud y los coches aparcados fuera, sin necesidad de ser repatriados.
La salida del Oasis de Ksar Ghilane se hizo por pista, que a medida que se alejaba del desierto iba mostrando a los participantes unos paisajes en forma de desfiladeros, montañas salpicadas por palmeras y panorámicas espectaculares, durante el recorrido se visitaron varios lugares donde se rodó la saga de Star Wars, llegando por la tarde a Matmata, un enclave conocido por sus singulares casas trogloditas. Tras la cena, tuvimos la oportunidad de ver y bailar la danza del vientre, mientras saboreábamos un delicioso té a la menta con piñones y fumábamos el típico narguile.
La mañana del día siguiente se prometía divertida, como así fue, por la "Troglodita Track" un recorrido fuera pista por las arcillosas tierras del terciario que están entre Matmata y Gabes. Todos los 4x4 alcanzaron la salida y tuvieron su merecido premio en forma de combustible, del que la mayoría de vehículos iba ligeramente escaso. Se pasó Gabes y Sfax, hasta llegar al Jem, con su impresionante anfiteatro romano, obra declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad. Tras la obligada visita, seguimos rumbo al Norte hasta unos 50 kms del puerto de Túnez, donde nos alojamos en un precioso y original Hotel que parecía haber sido creado por la cadena Disney, la cena tipo buffet y una velada en sus dependencias cerraron la jornada.
Al día siguiente, llegamos todos al Puerto y embarcamos en el Mediterranée, un bonito ferry francés que nos condujo sin problemas hasta Marsella donde culminó esta aventura difícil y dificultada por una inesperada y durísima tormenta de arena. Muchos participantes ansiosos por volver, ya hacían planes para hacer más dunas, más navegación, más convivencia y sobre todo más aventura.