El punto de encuentro, Peñíscola, es una ciudad que vale la pena visitar, en especial el famoso castillo encaramado sobre un peñón que se adentra en el Mar Mediterráneo. Castillo que fue nada menos que sede papal con Benedicto XIII (el Papa Luna) con motivo del cisma de Aviñón.
El hotel Suites de la cadena hotelera ZT (he dicho ZT, no ZP, que os conozco), es un edificio con aspecto grandioso, descomunal, como un palacio casi oriental de las mil y pico noches, y otras tantas madrugadas. La ausencia de indicaciones para aproximarse al hotel- y mi natural tendencia a perderme en el cuarto de baño- me forzaron a dar una vuelta completa a la zona de playas.
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