(0 / 0 votes)
Crónicas
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

mongolia4x4 07 img1En Territori 4x4 recordaremos el año 2007 como uno de los más singulares, por haber visitado el Gran Erg Occidental (Argelia), el Gran Erg Oriental (Túnez), los Ergs del Awbari y Murzuq (Libia), los Desiertos del Namib y Kalahari (Namibia), los ergs Chebbi y Chegaga (Marruecos) y el impresionante y desconocido Desierto del Gobi, el segundo desierto más grande del planeta después del gigantesco Sahara africano.

Llegar al Gobi conduciendo nosotros mismos 4x4 alquilados en Mongolia era la primera vez que se hacía, pisar las gigantescas dunas y navegar por su arena era el gran objetivo de nuestra expedición que se vio gratamente sorprendida por un inmenso país, Mongolia, en el que prácticamente no había asfalto y todo su territorio debía recorrerse por pistas y en 4x4. Mongolia, hoy por hoy es un verdadero Territorio 4x4 ¡¡¡

 

Día 1 Ulaan Bataar

Tras llegar a Ulaan Bataar, capital de Mongolia, nos dirigimos a nuestro Hotel, el más bonito del país y con un nombre muy mongol: Chingiis Khaan, donde nos encontramos con el equipo local que nos va a acompañar durante nuestra travesía, una cocinera, dos mecánicos y una absolutamente necesaria traductora. A los cinco minutos nos damos cuenta que el carácter de esas personas derrocha amabilidad, servicio, complicidad y un deseo enorme de agradar y que nuestra aventura salga sin incidencias.

El caótico tráfico de la ciudad nos deja un poco atónitos y pedimos que nos trasladen a comer a un restaurante típico y a un Centro comercial para efectuar compras de primera hora, sin tener de sufrir el angustioso modo de conducir y colapso circulatorio que allí se vive. Tras visitar la Plaza Central de Sukh-Bator, presidida por una estatua del omnipresente y gran líder mongol del siglo XII, Chingiis Khaan, algunos participantes deciden asistir al concierto nacional con los famosos cantantes de dos o tres voces, contorsionistas y danza. Regresamos al Hotel para cenar y pasar la primera noche en territorio mongol.

Día 2 Ulaan Bataar - Gers Bayan Onjuul 150 kms (20 asfalto y 130 pista)

Tras desayunar en el buffet del Hotel visitamos el monasterio budista más importante de Ulaan Bataar y toda Mongolia, el "Gandantegchinlen", donde se encuentra la estatua de Buda "Migjid Janraising" con 27 metros de altura, construida de oro y bronce por el monarca de Mongolia "Bodgo" Khaan en 1911, destruida por los comunistas y reconstruida en la década de los 90. En el templo, los monjes realizaban sus plegarias con un místico pero rítmico sonido, atendiendo a las peticiones de los fieles que depositaban sus limosnas de mayor o menor cuantía en función de que monje cantara su solicitud, durante nuestra estancia en el templo se repartió la comida entre los orantes, un gran bol de arroz con pasas y un vaso de té caliente. Salimos de espaldas al Buda como exige la regla budista y nos disponemos a visitar el Museo de Historia Natural, donde se guardan las mayores garras de dinosaurio hasta ahora encontradas y una serie de fósiles muy interesantes, así como animales disecados representativos de la fauna local.

La entrega de 4x4, después de comer, es totalmente atípica y tras un par de horas decidiendo que todoterrenos cogemos, Joan es el único que se atreve con el UAZ ruso, impactante en su interior si lo comparamos con el HDJ 105 o el Land Cruiser Prado que también nos entregaron.

Tras repostar a la salida de Ulaan Bataar, el HDJ 80 de Ángela y Jose da problemas de estabilidad, se decide que el grupo siga camino hacía el primer campamento de Gers, mientras los mecánicos tratan de solucionar la avería, tras una hora intentándolo se decide devolver el 80 y dirigirnos los 7 con el 105 al campamento, situado a unos 150 kms al Sud oeste de la capital. La noche cae y en el crepúsculo vivimos una experiencia inolvidable, una manada de bastantes caballos en estado semisalvaje cruzando un río con el cielo rojizo como fondo lumínico. Al ser una vista tan poco usual a la vez que inesperada nos dejamos un montón de fotos y película para inmortalizar ese momento.

A partir de ese momento el GPS nos indica que estamos dando círculos, por lo que preguntamos al mecánico si sabe donde vamos, nos dice que más o menos, ayudados en la conversación por la eficiente Amra, ante la respuesta, se decide usar la tecnología informática de Jose para llegar al objetivo. La estepa de Mongolia,"off road", es alucinante hasta que un pequeño río seco nos hace disminuir la velocidad para evitar problemas, tras cuatro horas de navegación con mapas y GPS llegamos al campamento de gers, unas cabañas típicas de los mongoles, con base circular y cuerpo cilíndrico con una pequeña puerta de madera cubierta por una lona con un agujero en el centro que puede taparse o colocar una chimenea conectada con una estufa de leña para calentarse por la noche. Nos reencontramos con nuestros compañeros de expedición que ya habían cenado. La cocinera nos había preparado un típico plato con fideos, carne y verduras que nos satisfizo a todos menos a la pequeña Judit, acostumbrada a la muy diferente cocina de nuestro país. Nos alojamos en los gers cercanos a la población de Bayan-Onjuul, esperando la llegada de otro HDJ 80 desde la capital.

Día 3 Campamento Gers

A las cuatro de la madrugada llegó el HDJ 80 conducido por uno de los mecánicos, al levantarnos observamos con perplejidad que la rueda derecha delantera estaba desplazada, lo que nos hacía suponer que el 4x4 había sufrido un accidente en su travesía nocturna.

Durante el día, mientras esperábamos la reparación del 80 en la cercana población de Bayan-Onjuul, que había sido remolcado por el UAZ de Joan, pudimos asistir a una experiencia bastante inusual para nosotros, como es el ordeño de yeguas, los potrillos excitaban las ubres de sus progenitoras y las manos expertas de los nómadas mongoles hacían el resto. Un lago cercano con aves migratorias e innumerables rebaños de caballos, cabras y ovejas, hicieron que el tiempo fuera pasando sin tener de recordar lo incierto de la situación.

A las cinco de la tarde el 80, alcanzó de nuevo el campamento sin ser remolcado, pero los problemas persistían y los mecánicos no eran capaces de reparar la avería con los pocos medios que allí disponíamos, por lo que tuvimos que solicitar un nuevo todo terreno. Habíamos perdido un día y la única opción que se nos ofrecía era otro UAZ, que aceptamos teniendo en cuenta la precaria situación y el buen resultado que le estaba dando a Joan.

Tras cenar, algunos duermen en los gers y otros prefieren montar las tiendas de campaña y probar los espléndidos sacos de dormir que nos habían facilitado los acompañantes mongoles.

Día 4 Campamento Gers - Monasterio Ongi - Gers (215 kms de pista)

De madrugada llegó el UAZ conducido por otro mecánico, esta vez llegó sin problemas y fue el vehículo que íbamos a conducir el resto de la expedición. Desayunamos en un Ger sin techo, ya que estaban desmontando el campamento al estar la temporada turística acabada, nos despedimos del conductor y del 80 averiado e iniciamos rumbo al sur por la estepa mongol.

El paisaje recordaba al de Irlanda, muy verde y con montes bajos redondeados por la erosión del viento, lluvia y nieve durante miles de siglos.

Los nómadas con sus rebaños se entremezclan con unos espacios infinitos, haciendo que la conducción resulte agradable a la vista pero un poco dura por el mal estado de las pistas que no nos permiten avanzar a la velocidad que estamos acostumbrados en las pistas europeas.

Llegamos a Erdenedalai donde visitamos un pequeño monasterio budista y aprovechamos para comer a la salida del pueblo.

Por la tarde, seguimos rumbo sur hasta alcanzar el campamento de Gers situado en un idílico paraje a orillas del río Ongi, al lado del antiguo monasterio que lleva ese mismo nombre y que visitaremos mañana.

Dormimos bien y sin frío en los confortables gers del campamento, que en esta ocasión estaba aún en pleno funcionamiento.

Día 5 Monasterio Ongi - Bayan Zag - Gers (165 kms de pista)

Tras un copioso y sabroso desayuno salimos hacía el cercano Monasterio Ongi. Un conjunto de edificios completamente en ruinas provocadas por las fuerzas de ocupación soviéticas durante los años 30, recuerda con un poco de imaginación, otros tiempos gloriosos del recinto donde vivían más de 1000 monjes, un nuevo y pequeño templo se alza entre los restos de la barbarie y cada día, 10 monjes oran sus plegarias en su interior.

Tras la visita, retomamos nuestro camino al sur, con el objetivo de alcanzar Bayan Zag, conocidas como colinas flameantes, por el espectacular color rojizo que desprenden en la puesta del Sol, es precisamente en esta zona del sur de Mongolia donde se han encontrado más y mejores restos de fósiles de dinosaurios, tanto sus esqueletos como sus huevos. Una rudimentaria tienda en la parte superior de la montaña ofrece al visitante la oportunidad de comprar por poco dinero verdaderos restos de huevos y fósiles de esos gigantes del Cretácico.

Realmente la vista merece la pena disfrutarse con calma, no sólo por el espectáculo increíble de luces y colores en el ocaso del Sol, sino por la importancia del yacimiento paleontológico que allí existe y que con un poco de imaginación nos puede transportar cientos de millones años atrás, rodeados de gigantescos saurios peleándose y comiendo la abundante vegetación que allí debió existir, sin duda alguna una visita imprescindible.

Cerca de las colinas, que por cierto recuerdan un poco las Bárdenas Reales de Navarra, se encuentra un bosque de pequeños árboles del Gobi, perfectamente adaptados a la arena y que son capaces de superar los durísimos inviernos y los secos veranos de la región.

Cenamos y dormimos en un magnífico campamento de Gers.

Día 6 Bayan Zag - Yoliin Canyon - Acampada libre (245 kms de pista)

Hoy se presenta duro por tener que recuperar 80 kms de los 160 que perdimos el segundo día de expedición. Salimos temprano, con los primeros rayos de Sol, lo que nos permite ver de nuevo las increíbles colinas flameantes en todo su esplendor, tomamos rumbo sureste para llegar a la capital de la provincia, Dalanzadgad y poder repostar de combustible y aprovisionar a nuestra cocinera de alimentos que podamos comer. Antes del mediodía alcanzamos la población, repostamos y compramos lo necesario para continuar nuestra travesía.

Tras unos 40 kms por pistas más o menos bien conservadas, llegamos al Parque Nacional del Gobi, tras cruzar la barrera, unos paisajes de alta montaña inéditos hasta entonces contrastan de forma asombrosa con la monotonía de la estepa mongol. Son constantes las paradas para hacer fotos, especialmente para los conductores de los UAZ que al no tener ventanilla no les queda otro remedio que parar y bajarse del vehículo si quieren filmar o fotografiar para inmortalizar ese paisaje tan singular y sorprendente.

Treinta minutos más tarde se llega al Cañón del Quebrantahuesos o Yoliin Am, en mongol, un paseo de unas dos horas y media por un paraje espectacular de altas paredes verticales, donde un pequeño río ha horadado durante siglos, hasta impedir que en muchos de sus recodos no llegue nunca la luz y el calor del Sol, lo que permite que el hielo formado en el invierno se conserve intacto la mayoría del año, lamentablemente nosotros fuimos en septiembre y el hielo ya se había fundido.

Comemos un apetitoso almuerzo preparado por nuestra cocinera que desoyendo nuestra petición de bocadillo rápido nos prepara una deliciosa sopa de carne y verduras, acompañado por embutido frito y chocolate.

La ruta que viene a continuación es autentico 4x4 puro, un estrecho cañón con subidas y bajadas entre las aguas de un pequeño y poco profundo río hacen las delicias de todos los participantes, al final de forma súbita y aún maravillados por la "cuatrera" travesía del cañón de nombre desconocido por Amra, una gran subida "off road" y la estepa, la infinita y verde estepa mongol.

Recorremos unos 60 kms con dirección oeste, hasta alcanzar una pequeña colina donde decidimos cenar y pasar la noche en nuestras tiendas de campaña. Jordi celebra ese día su cumpleaños y Amra le obsequia con un mapa de Mongolia hecho con lana de oveja cubierto de minerales y fósiles de la región, el resto del equipo mongol le regalan un fragmento de árbol fosilizado adornado por piedras y pequeños trocitos de huevo de dinosaurio. Una botella de exquisito Vodka mongol cae esa noche entre todos los participantes.

Día 7 Acampada libre - Desierto del Gobi - Gers (290 kms de pista)

Hemos dormido bien y no se ha pasado frío. El desayuno preparado por nuestra cocinera es recibido con satisfacción ya que teníamos hambre y ayudados por los primeros rayos de sol, no tenemos dificultades en retomar nuestro viaje a través de unos paisajes cada vez más sorprendentes y magníficos.

El día se torna gris y apagado, el sol no luce y los recuerdos fotográficos se nos antoja saldrán menos lucidos que con el Sol en plena forma. Recorremos 90 kms de pequeñas pistas enclavadas entre desfiladeros, donde van apareciendo verdaderos jardines de flores con todos los colores del arco iris, realmente en esta latitud la vida y la naturaleza explota triunfal a la mínima ocasión que puede, estamos a finales de septiembre y todas las plantas de esta región están en su periodo de máxima floración, Paco Font y yo, no podemos retenernos de hacer fotos y fotos, es un paisaje de indescriptible colorido surgido de forma espontánea y formado por millones de flores de muchas especies de plantas que nos dejan extasiados a nuestro paso, son 60 kms mágicos. Si hubiéramos tenido la luz del Sol, la travesía hubiera sido una de las más bonitas que nunca hemos hecho, pero la climatología es así y todo no se puede tener.

Llegamos a Noyon, un pueblo situado al sur del Gobi, su gasolinera funciona con paneles de luz solar, que al no haber Sol, no está operativa. Este contratiempo nos obliga a retocar el itinerario y eliminar unas minas de sal que estaba previsto visitar.

Salimos del aislado pueblo y nos dirigimos a una formación rocosa que los lugareños consideran sagrada, es una roca espejo, donde los días soleados se reflejan todos los objetos que se le acercan, lamentablemente este efecto reflectante no se puede apreciar debido a la antes mencionada poca presencia de luz. Por cierto, los comunistas soviéticos destruyeron a tiro de fusil parte de la estructura rocosa, convertida de nuevo en objeto de veneración budista.

Sin repostar, tomamos pista rumbo norte hasta llegar a Sevrey, una localidad, como Noyon, pequeña y sin infraestructura, aquí el carburante se servía gracias a los brazos de los operarios de la precaria gasolinera que se iban turnando para llenar nuestros depósitos, tras casi 30 minutos de abastecimiento, emprendemos camino hacía el Gran desierto del Gobi, ansiosos de contemplar su arena y sus dunas. 25 kms de pistas entre montañas y asoman de nuevo camellos de dos jorobas, son bastantes y pacíficos, nos acercamos a ellos y plasmamos con nuestras cámaras el encuentro. Tras pasar por las estribaciones una cadena montañosa que tiene una altura de más de 2300 metros, un río de arena de unos 5 kms nos permite el paso hacía las dunas del Gobi, ha llovido recientemente y la arena es una delicia, incluso para los UAZ que pueden atravesarlo sin ningún problema.
Al llegar a las dunas, decidimos hacer una vista para ver la dificultad de movernos en esa arena, es la una de las pocas veces que personas no mongoles pisan conduciendo 4x4 esa zona. La arena está dura y tiene en sus partes más bajas abundante vegetación lo que nos permite disfrutar del paseo, Paco de Linares con su Land Cruiser abre el camino y queda fotografiado con un bonito salto donde su 4x4 levanta las ruedas delanteras del suelo.


Tras divertirnos un buen rato en la arena, decidimos ir al campamento de Gers para ducharnos y cenar, el día ha sido muy intenso y todos estamos cansados de una jornada sólo superable si el día nos hubiera acompañado con un poco más de Sol.

Día 8 Desierto del Gobi (dunas y relax) – Gers

mongolia4x4 07 img2Por la mañana temprano, nos levantamos para desayunar y recorrer unos 20 kms del desierto del Gobi, en una zona, Hongoryn, donde las dunas son realmente muy grandes, unos 200 metros de altura y de gran belleza, Joan con su UAZ abre el camino con gran seguridad y algunas pequeñas quedadas de José con su Toyota 105, nos permiten disfrutar del recorrido. Tras unas dos horas de marcha, aparece una gran bajada delante de nuestro UAZ que cuando nuestros invitados mongoles no se creen que se pueda descender, lamentablemente para su suposición el coche ha superado la cresta de la duna con las 4 ruedas y sólo queda la opción de la bajada. Sin problemas y ante el asombro de nuestros dos buenos amigos el 4x4 se desliza los 50 metros de bajada llegando a una zona segura, es la primera vez que lo ven y están maravillados con las posibilidades que tienen esos vehículos en la arena. Cuatro participantes, en línea y de forma simultanea logran realizar el descenso de la duna, se acerca la hora de comer y nos dirigimos por pista al Ger donde tenemos preparado nuestra comida.

Por la tarde, aprovechamos para descansar y pasear por las dunas, Paco, Katia y Judit se montan a lomos de 3 camellos para ascender a las dunas cercanas del ger para disfrutar de un paseo por el Erg. Los camellos y los vehículos conducidos por María Jesús, Paco Font y Joan cruzan un río para acceder a la zona de dunas y poder subir a pie a una delas más altas desde donde contemplamos la espectacular puesta de Sol. Regresamos con un magnífico sabor de boca al Ger donde nos han preparado una cena especial, de cordero a las piedras calientes, un plato típico de la región donde un cordero troceado en piezas es colocado en un recipiente herméticamente cerrado envuelto con unas piedras especiales calientes que permiten ser cocinado durante unas tres horas. Llegamos a punto para ver como sacan los suculentos trozos de cordero a la bandeja, como buenos turistas que somos hacemos fotos del momento, así como del Ger que se ha cocinado, ya que en él viven todo el año de forma permanente y donde dispone de todo lo necesario, a la entrada un pequeño lavabo para lavarse, una cocina en medio con una chimenea que sobresale por un agujero en el techo del Ger, un par de camas y una televisión, como no, vía satélite, alimentada por una batería y una enorme antena situada al exterior de la tienda.

Cenamos y brindamos con Vodka local por el excelente ágape que acabamos de tomar. Dormimos en los Gers.

Día 9 Desierto del Gobi - Acampada libre Guchin Us (225 kms de pista)

La noche se ha pasado sin frío, todos los participantes han descansado bien y estamos dispuestos a seguir el viaje hacía el norte.

Tras desayunar en el restaurante del Ger, llenamos de combustible nuestros tanques, ligeramente vaciados por el "paseo dunar" que hicimos el día anterior.

Cruzamos varios pasos montañosos a 1500 metros de altitud, por pistas envueltas por paisajes cambiantes y muy bonitos, la estepa nos deleita por su color verde y por estar salpicada por miles de animales que aprovechan estos primeros días del otoño para comer sin límite de cara al duro invierno que se avecina, caballos, camellos, ovejas y cabras son una constante en este viaje, mucho más abundantes que personas y viviendo en un estado de libertad absoluta que a veces nos hacen pensar que no tienen propietario.

La estepa va dejando paso a una región montañosa, estamos subiendo y el frío empieza a notarse, un "ovo" o montículo de piedras venerado por los budistas mongoles, situado en lo alto de una montaña y que rodeamos por la izquierda como indica la regla, nos muestra un paisaje espectacular delante nuestro, la entrada de un desfiladero de angosto paso y altas paredes, una paso de conducción bastante técnico que de forma lenta nos va ascendiendo hasta llegar un lugar con una vista panorámica espectacular, estamos a más de 2000 metros de altura y estamos envueltos por montañas que según el mapa superan los 3500 metros. Descendemos con precaución, ya que la pista es estrecha y volvemos a cruzar otro cañón que, ya en el llano nos devuelve a una estepa mucho más alta sobre el nivel del mar y con una temperatura mucho más fresca que hace unas horas.

Cruzamos el pueblo de Guchin Us, en una zona montañosa, con picos de casi 3000 metros sobre el nivel del mar. Unos 40 kms al norte encontramos un buen sitio para acampar, resguardado del viento y tras reponer fuerzas con una reparadora cena preparada por nuestra cocinera nos acostamos en nuestras tiendas y bien protegidos por los sacos de dormir y alguna manta de abrigo se pasa la noche sin problemas de frío, hay que tener en cuenta que estamos a finales de septiembre y en Mongolia es el inicio del periodo invernal.

Día 10 Guchin Us - Lago Nayman Acampada libre (225 kms de pista)

La jornada de hoy es según los pronósticos realizados por nuestro equipo mongol la más espectacular y compleja de conducción de todo el viaje, durante el desayuno comentamos la ruta y nos entristecemos porque Angela y José se separaran del grupo, ya que querían visitar Beijing y aprovechando la proximidad geográfica de Mongolia con China, modificaron hace semanas su recorrido y este iba a ser el día de nuestra separación.


Llegados a la población de Arvaiheer, reparamos el neumático del Isuzu de José y Maria Jesús, compramos comida y lo necesario para realizar el paso de las montañas que envuelven el Lago Nayman. La guía de habla española que debía acompañar a José y Ángela, llega puntualmente a su cita y parten, con Bagi de mecánico, entre abrazos y buenos deseos hacía Ulaan Bataar y Beijing.

La alta montaña a más de 2500 metros de altura se hace presente a partir de este momento, paisajes impresionantes y de una singular belleza se abren ante nosotros, nuestros mecánicos y guía se quedaron cortos al describir el recorrido. Llegamos a Uyanga, el último núcleo poblacional grande antes de iniciar nuestro periplo por el Valle del río Shurenga.

El recorrido inicialmente es cómodo y se encuentra rodeado por unos parajes realmente idílicos, no paramos de captar imágenes con nuestras cámaras, estamos maravillados por su espectacularidad e inmensidad, los camellos hace tiempo que han sido sustituidos por los yacks, que en esta época del año están amamantando las crías que han nacido al principio de verano, el valle está salpicado por gers propiedad de los nómadas que van en busca de pastos para sus ganados, el humo que sale de la mayoría de ellos nos avisa que el frío puede ser, por primera vez en el viaje, algo a tener en cuenta esa noche.

Entramos en una zona de muchos vadeos por el río, piedras de origen volcánico que hacen que se conduzca con gran precaución para evitar pinchazos no deseados y siempre con un paisaje sobrecogedor e insuperable, en un despiste Paco de Linares cae en una trampa de fango de la que rápidamente es sacado por los dos eficientes UAZ que demuestran, a pesar de sus incomodidades, su poderío en esta parte del recorrido.

Seguimos ascendiendo entre indescriptibles paisajes de alta montaña esteparia, empezamos a ver nieve en las cumbres y lentamente nuestra ascensión llega a casi los 3000 metros donde nuestros pies y ruedas de nuestros 4x4 pisan por primera vez en este viaje el blanco elemento. Una serie de "ovos" recuerdan el misticismo del lugar donde nos encontramos y tras unos minutos de paz relajada disfrutando del paisaje, iniciamos la bajada al lago Nayman, una bajada que se hace con primera reductora por el gran desnivel que presenta. Sin dejar de estar muy atentos a la conducción y el desnivel, no podemos dejar de contemplar la el majestuoso espectáculo que la naturaleza ha creado en esta zona, los lagos de aguas azules y puras en la parte más baja del recorrido, las montañas salpicadas por la nieve recién caída hace un par de días, los árboles con un colorido amarillento verdoso que nunca antes habíamos visto a estas alturas, el color del cielo totalmente azul claro y sin nubes, la primera reductora se había puesto no sólo como medida de seguridad en la bajada, sino también para poderla realizar lo más lentamente posible para poder disfrutar de un espacio natural único y de impagable belleza.

Al llegar al lado del lago, montamos con los últimos rayos de Sol y por lo tanto de calor natural, las tiendas donde pasaremos la noche, entre todos buscamos leña para hacer una buena hoguera que nos permita superar el frío que se respira en el ambiente. Por fin y justo cuando el astro rey se despide de nosotros, todo el campamento está montado, las tiendas, la hoguera y la carpa donde cenaremos esa noche.

En gran tienda comedor, bien abrigados nos comemos una caliente sopa que nos reconforta y nos hace entrar en calor, luego unos chupitos de Vodka y ya en la hoguera podemos calentarnos lo suficiente para poder introducirnos en nuestras tiendas y sacos con garantías de no pasar frío durante la noche.

Día 11 Lago Nayman - Orkhon Valley - Gers (180 kms de pista)

mongolia4x4 07 img3Al levantarnos una capa de escarcha cubría el verde suelo, los cristales de los coches y los pequeños charcos que aún estaban helados, demostraban que la temperatura esa noche había sido inferior a los 0 ºC, los buenos sacos de dormir y las mantas con las que nos abrigamos lograron con éxito que nosotros pudieramos dormir bien, sin más problemas que algunos ronquidos surjidos de algunos participantes masculinos que por amistad obviaremos sus nombres.

Antes de iniciar la subida, nos despedimos del lago y su entorno, con reductora, ahora con segunda y tercera, ascendemos contemplando el paisaje de alta montaña que nos rodea.

Rehacemos el camino del día anterior, teniendo mucho cuidado con el barro y las puntiagudas piedras, hasta llegar cerca de Uyanga donde tomamos una tortosa pista que asciende al lado de un valle totamente destruido por unas minas de oro, donde miles de personas buscan desesperadamente el preciado metal, son unos 10 kms de miseria humana y naturaleza aniquilada por la ambición del hombre, por fin tras el patético recorrido volvemos a ver caballos en libertad y subimos a lo alto del paso que nos conducirá a otro valle mucho mas natural, aunque algunas máquinas estaban empezando a horadarlo en busca, suponemos, de otra veta aurífera.

El Toyota Prado revienta una rueda y aprovechamos el momento de la sustitución, para comer. Un enorme rebaño de miles de cabras y ovejas se acercan curiosos para vernos, les damos naranjas que las cabras devoran, dejando la piel intacta, para que luego las llamemos "locas".

Por montañas verdes que recuerdan el norte de Escocia, llegamos al pueblo de Amra, nuestra guía y traductora, allí repostamos de combustible e iniciamos el recorrido por un paraje que la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por su contenido cultural y natural, sólo para ver este valle del río Orkhon, la cuna del nomadismo mongol, sólo por verlo ya vale la pena venir hasta Mongolia. El recorrido hacía el oeste, a la izquierda del río, entre paisajes esteparios, ahora verdes por el césped que lo adorna a la espera de la blanca nieve que la mayor parte del año lo cubre.

Nos alojamos en un Ger al lado de la preciosa cascada Ulaantsutgalan, entre rocas de origen volcánico, que dan al lugar un aspecto de paz y tranquilidad, donde sólo el ruido del agua chocando en el fondo del pequeño lago intenta desapaciguar el ambiente.

Hace 20 millones de años se produjo una erupción volcánica. Creando varios cráteres que descargaron lava y cenizas que cubrieron la superficie de la región en más de 100 Km. A la erupción, le siguieron terremotos que fueron desgarrando la corteza y los ríos que se fueron originando posteriormente, como el Ulaan o el Orkhon empezaron a abrirse paso, formando el valle actual, de espectacular belleza, destacando una cascada de 24 metros de altura, la mayor del país. Cerca de la cual se alza con 2210 mts de altura, el cráter Khorgiin Togoo, palabra mongol que significa olla, haciendo honor a su singular forma y uno de los formadores del valle.

Cenamos en la carpa y dormimos en los Gers.

Día 12 Orkhon Valley - Kharakhorum - Gers (180 kms de pista)

Retomamos nuestra ruta por el Valle del río Orkhon con dirección este y mucho más cerca del agua, los rápidos y las pequeñas islas, donde los árboles se desnudan lentamente con una coloración amarillenta, nos da la sensación de vivir unos momentos con una magia muy especial, un puente nos transporta a la otra orilla donde un gran rebaño de ovejas y cabras pretende cruzar el río por el agua, el paso merece la pena verlo y con un poco de agobio todos los animales logran atravesarlo, gracias a los hábiles jinetes que acompañan a la manada.
Nos desviamos de la pista paralela al río para adentrarnos el parque nacional donde se encuentra el Monasterio de Tovkhon Khiid (la tierra de la feliz soledad) situado sobre una roca en lo alto de una montaña envuelta de bosques. Fundado en 1653 por el primer Bogd (autoridad religiosa mongol) Zanabazar. El Monasterio consiste de varios templos al lado de los cuales hay pequeñas cuevas. Existe una cueva donde Zanabazar pudo hacer meditación a los 10 años. Hay otra cueva llamada Vientre de madre. Cuando hombre (prohibido a las mujeres) entra en esta cueva se cree que se libra de sus defectos y con ello queda purificado.
Tras una hora larga de subida, alcanzamos el monasterio, donde los dos monjes que lo habitan nos dan la bienvenida llamando con sus caracolas la venida de Buda, cuando acaban se dirigen al interior del templo donde inician sus melodiosas oraciones.
Tras descansar un buen rato, contemplando el precioso paisaje, decidimos descender hacía los 4x4, por el camino podemos ver numerosos pájaros carpintero firmemente agarrados a la corteza de los árboles.
Tras 45 minutos de paseo, por un camino que antes permitía el acceso motorizado, llegamos al aparcamiento donde nos tienen preparada la comida.
Tras el ágape retomamos nuestra marcha a la derecha del río Orkhon, por caminos en muy mal estado o a veces, directamente sin camino. Al final tras realizar alguna “pequeña” inclinación vemos un puente que nos permitirá cruzar el río y acceder a la ciudad de Kharkhorin.
La actual ciudad está muy cerca de las ruinas de Kharakhorum, primera capital del Imperio Mongol, ya que fue aquí donde Chingiis Khan en 1220, decidió que se construyese su residencia, por disponer esta región de un microclima extraordinariamente benigno durante todo el año, comparado con otras regiones del Asia Central. Lamentablemente para él nunca pudo ver realizado su sueño.
La construcción de la ciudad amurallada se hizo bajo el mandato de su hijo Ogoodai Khaan, aunque 40 años más tarde, en 1260, la capital seria trasladada a Beijing por el nieto de Chingiis Khaan, Khubilai Khaan.
Después del colapso de la Dinastía Yan en 1364 Kharakhorum volvió a ser la capital del imperio. Era famoso el Árbol de Plata situado en el palacio de Ogoodai y provisto de cuatro tubos. Desde la parte superior se vertían cuatro bebidas diferentes: miel, cerveza, vino y leche de yegua.
De la antigua Kharakhorum, años más tarde destruida por los chinos, se aprovecharon las piedras para construir el muro que envuelve el Monasterio de Erdene Zuu, primer monasterio budista de Mongolia, se inició su construcción el año 1586 por orden de Avtai Khaan, tardó 300 años en construirse. En él llegaron a vivir más de 1000 monjes y disponía de más de 60 templos. Sólo tres de ellos han sobrevivido hasta nuestros días, después de las purgas represivas de los comunistas soviéticos durante los años 30. Cada templo está dedicado a una de las tres etapas de la vida de Buda; el niño, el adulto y el viejo.
El monasterio, en el que no encontraremos ni un solo clavo, fue rodeado de una muralla de piedra con 108 stupas sepulcrales empotrados en su espesor y es el monumento histórico y la obra maestra de los arquitectos mongoles.
En la parte sudoeste de Kharakhorum se ubicó el Palacio del Ogoodai Khaan. Todos los edificios del recinto estaban rodeados por una muralla. Sin duda era el mejor y más preciado de la ciudad. En las excavaciones llevadas a cabo en 1949 por una expedición rusa-mongol fueron encontrados utensilios cerámicos y metálicos, piezas de las edificaciones y frescos budistas.
El hallazgo de tubos de calefacción en las excavaciones del palacio realizadas por la expedición de los arqueólogos alemanes y mongoles, demuestra que ya en el siglo XIV los mongoles usaban un sistema de calefacción central.

Tras la visita, nos dirigimos a unos Gers a unos 15 kms, muy cerca de la carretera que nos tiene que dirigir a Ulaan Battar.

Día 13 Kharakhorum – Ulaan Bataar (180 kms de pista y 160 carretera)

Por primera vez en el viaje, tras nuestra salida de Ulaan Bataar, volvemos a pisar una carretera con asfalto, que por cierto es de peaje, no cuesta mucho pero no es gratuita, la carretera está bastante bien conservada y nos permite avanzar con rapidez hacía el norte.
Durante el trayecto vemos una zona de dunas, parecidas a las del Gobi, es la región llamada Elsen Tasarhai, localizadas en la provincia de Ovorkhangai aimak, el paisaje es muy bonito y mezcla las montañas, bosques de arbustos y dunas con bastante vegetación. La fauna que no vimos pero dicen que existe, presenta mamiferos como los lobos, los alces, ciervos y los zorros.

De pronto la carretera, que sigue y además parece estar recien teminada de construir, es ocupada por montículos de tierra y piedras, con señales de prohibido el paso, lo que nos indica claramente que debemos abandonar esa vía y desplazarnos por las pistas en pésimo estado que se encuentran al lado. Nos dicen que en noviembre 2008 se inagurarán y se podrá circular por ella. Cruzamos el puente sobre el río Guul y llegamos al pueblo de Lun, donde la carretera asfaltada que no se podía circular se convierte en un pista en construcción que tampoco se puede transitar, así que seguimos, muy a pesar nuestro, por las pistas adyaccentes al tramo que se inagurará en el futuro.

A 30 kms de Ulaan Bataar, pisamos de nuevo asfalto que no abandonaremos hasta el Hotel, donde llegamos 2 horas después de haber sufrido el caótico tráfico de la capital mongol.
Tras reposar en el Hotel, todos los participantes somos invitados a una cena de despedida en un restaurante greco-turco-mongol, donde disfrutamos de una excelente comida, que acabamos con un brindis de vodka mongol.

Videos

Territori 4x4 videos

Galerías

Territori 4x4 galleries from past years

¿Donde hemos estado?

Territori 4x4 has extensive experience

FenekRally

Learn more about FenekRally